viernes, marzo 21, 2008

los dos a los ojos estábamos escribiendo lo mismo.

Pensaba en la posibilidad de empezar a hablar acompañados por un estímulo,
pero pensaba también que,
quizás si se pudiera entender que los anexos son detalles dentro de la guerra por quebrar la paz
a favor del viento de los excesos
en las esquinas de las palabras
y los sueños que no aprenden mas que cuando se desangran
entonces,
yo termino por cantarle a las manos que me tocan sin poder decirme ¡NO!
Los diamantes son atravesados por la luz,
como si la retransmitieran
y la dividen en infinidad de colores.
La luz blanca se "desarma" en toda la gama de matices que existen,
cómo si el diamante tuviera esa capacidad.
¿Qué pasa?
Una burbuja de diamantes desde lejos pueden almacenar luz y retransmitirla
entonces, uno la ve y dice:
-fa tiene un aura, tienen candor!
y encima a la acercarse uno ve que tiene luz dentro y también una gran variedad de colores.
pero al ir viendo cada vez más cerca uno ve que es una burbuja que rodea un algo,
entonces la tonalidad de los colores ya no existe,
y era un rayo externo lo que daba luz, magia y color.
¿Por qué?
Por no haberse amalgamado con otros diamantes con la idea de poder abrirse y así generar luz, polvo de estrellas
esquirlas
movimiento
Por no querer romperse por una idea por una ilusión
la burbuja como actriz funda una historia y siempre vivirá de una ilusión.
Ella escribe fábulas, y no entiende que su cuerpo se deja atravesar,
sobrevuelan a su alrededor los fantasmas de la soledad
y la desolación es su desierto más preciado,
juega a descubrir el universo dentro suyo
afirma que la luna es en realidad su propio sol.
Es la noche, el clima ideal para la resurrección,
siempre en un idea y vuelta balbucean la muerte como concepto
las diamantes de la burbuja dialogan entre ellos,
marcan distancia, digitan el cansancio
Empezar a entender, no.
Entender sí,
uno desde si declara el comienzo,
y no siempre es por ahí.
Conocer, conocerte
conocerme, reconocer
conocernos, convenceme.
Viene y se va
con el sueño y el despertar
¿Cómo te abre la libertad?
Respiraste mi luz para bajar a la tierra
¿Ahora vuelvo a ser la fuerza de dios?
El tiempo te pasa a vos
el tiempo nos pasa a todos y sí,
así quietos, inmortales en figuras, movimientos
pero él es el que se vuelve,
pero él es el que siempre falta,
pero él es el que nunca está:
El tiempo.
El cielo vuelve a llorar en sí otra vez
y son los barcos que no vuelan
y son las bocas que navegan
y son los lobos que tiene sed.
El mundo irreal, el aire un cambio,
la distancia un golpe de efecto
y la noche muta pero no siempre existe en sí
diversas formas pero siempre va
diversas formas pero siempre está.
Se abre en mí tu tiempo y surge la esencia, el elixir
y los roces siempre a la distancia, nunca a los ojos,
nunca en el cuerpo, siempre negando la profundidad.
Y vos volvés y recorrés otros mares,
y las plazas resuenan y volvés a salir,
y la historia está en tu sombra,
y el dolor se aproxima sin importar las calles solas,
y llegaremos al fin,
y es que no hay principio
en el precipicio vamos a salir.
Una idea familiar,
generación,
insurreción espontánea en los jardines del deseo,
ángeles del cuerpo que tienen sed.
La similitud, la igualdad, la forma.
La intencionalidad, el fuego y la sombra.
Es curiosidad, y saber que ya somos formas en el viento
se acercan hacia aquí las velas del baco nocturno que llevó a la luna en la conquista de su sombra iluminando al bosque con reflejos del sol.
Estoy esperando la transformación y no estamos juntos para ver el quiebre de la paz,
el final concentrado, comprimido,
todo el tiempo detenido,
respirando la eternidad en silencio
las formas que uno dibuja en el aire
a veces son las que al no reforzarlas buscan cerrarse otra vez
y uno al recordar que estaba en la quietud intenta moverse
y el tiempo cambió las formas y los contornos también
y eso es lo que lastima,
y ahí es cuando las casas vacías comienzan a llenarse otra vez
con formas y figuras nuevas
o renovadas
como nacer
como renacer
como reencarnar
como resucitar
cada uno le da la forma o la figura
o la renueva
o la cambia
o la destruye
o la reinventa
o finalmente deja de pensar en formas y figuras
y se va en la búsqueda de un diamante que pueda atravesarla
y hacerla desangrar hasta llegar al fin de este monólogo sin siquiera haber empezado a conversar,
vos sabés, los dos a los ojos estábamos escribiendo lo mismo.

lunes, marzo 17, 2008

...hay una casa vacía que está llenándose.

Y con sus manos escribió en mi espalda a los ojos y me dijo:
Como alas dicipamos al sueño
reinventamos el sol,
y los cuerpos recubiertos saciaron el hambre
y cayeron rendidos hacia adentro.
Cierro los ojos,
y al entrar el alma se encandila,
lo golpes reviven como aquella vez.

Los sirvientes de la noche se arrodillan bajo la luna cuando los lobos reclaman al satélite que les devuelva su sombra.

"No quiero que cierres los ojos...
Quiero que me veas.
Quiero que me mires.
Quiero que sepas que... ".


Yo sé que el tiempo no vuelve más y que las velas de los barcos ya no son las mismas

Dormí entre las piernas y el deseo tuvo lugar lejos del sueño,
y el despertar abrió la luz derribando las paredes y el dolor,
no caigo en los recuerdos si tengo los ojos abiertos.
Somos pasado, somos viento, somos solos, somos mar.
El cielo abrió las puertas y hasta la muerte puede entrar desafinando,
siento las flores reinventando el sol y las bocas del hambre siempre devoran el tiempo.

Los sirvientes de la noche se arrodillan bajo la luna cuando los lobos reclaman al satélite que les devuelva su sombra.

Los dedos digitan suave.
Se mueven, bailan dibujando curvas en el aire.
La suciedad embellece el despliegue,
es toda su alma lo que hay en sus dedos,
el color que no termina en soledad,
en los recuerdos la reversión, la reinvención histórica.

Yo sé que el tiempo no vuelve más y que las velas de los barcos ya no son las mismas

La ingenuidad inmensa, terreno fértil asqueado de cultivar mi piel.
Avergonzado del miedo a ver el sol, yo no corro contra el viento
y hasta pienso que el tiempo es el motor vital.

Los sirvientes de la noche se arrodillan bajo la luna cuando los lobos reclaman al satélite que les devuelva su sombra.

Piensan, sí, en la búsqueda,
deshaciendo los vestigios del encuentro
la esencia se construye en el aire
en la lengua en los labios con gusto a café,
la luz no enciende, y sin saber por qué
los cuerpos siempre tienen sol para mojarse.
Adentro: quiero dormir.
Es el miedo de llegar al fin,
no puedo,
no hay forma de resentir,
sintiendo voy a salir.
Miran y se buscan en los ojos vírgenes,
yo estoy aquí naciendo.

Yo sé que el tiempo no vuelve más y que las velas de los barcos ya no son las mismas

Empiezan a caer en esquirlas,
el desafío de verse en un cristal deshecho,
el cielo ha abierto sus piernas y así estamos volviendo a nuestro enarbolado infierno
una cuestión de formas y acceso,
el frío y el ardor golpean sin destino fijo,
se enfilan para ver el sol,
son sombras de los árboles del alma y su esencia nunca se abre, nunca ve, nunca mira, nunca sabe,
en la catedral de los besos un ángel dibujó tu cara y el tiempo desangrado exclamó:
-Siempre en el cielo!!!
Todos lo saben,
hay caras viejas...
Cambiando ideas, colores, paisajes y jardines de amor abonados a la sensualidad
aún a pesar de la muerte el diablo nunca estalló su voz.
Sólo producen silencio, la inquietud del alma enarboma una canción,
la salvación está en el jardín de un poema,
las lágrimas de un verbo se van cayendo del sol,
encarno en cuerpo las palabras,
un llanto divino,
reconciliación.
Hay una casa vacía que está llenándose.

miércoles, marzo 12, 2008

...y la fiesta es una anacrónico desfile

La luz descubre a la oscuridad, lo “no visto” se ve, y desde afuera todos siempre lo ven todo, analizan desde su comodidad, estancados en la ignorancia de ser almas impolutas, vírgenes del placer y el deseo. Viven en la necedad de estar seguros sin ser parte, siempre viendo, nunca sintiendo, siempre viendo nunca siendo. Siempre viendo las palabras ajenas, nunca propias porque no tienen voz. Como puertas, como espejos, y no, mis palabras no son puertas, mis palabras no son espejos, mis palabras son todo aquello que vos quieras que sean, que profanen tu ser, que ensucien tu cuerpo, que perturben tu paz, que violen tu sexo, que enmudezcan tus ojos, que encandilen tus manos, que inmovilicen tus labios, que te mantengan despierto. ¿Cómo se siente estar callado a la deriva de tocarte desnuda frente a mí cono los ojos abiertos respirando el aire conjunto capaz de oscurecernos y así, sumergidos en la improvisación como la digitación de formas, ser visitantes privilegiados en la construcción del nudo en la noche de los cuerpos? Quiero empezar a moverme, y la imprecisión se justifica en el azar, la incomodidad de la búsqueda que corre, sólo derrama fuego. Las alas del sueño dibujan tu nombre en el mar, es que yo sé que puedo amarte nena. Es cierto, yo nunca imaginé tu respuesta, pero de todas maneras sigo dándote forma. Un rollo, sí, como una película, como una sucesivo encadenamiento de momentos inmortalizados en imágenes, sí, una película, la semejanza de la vida, un rollo. Yo no creo, es irreal. La flor concentrada en espacio y tiempo, comprimidos los pétalos, el alma, el perfume disecado, buscando la esencia, la fragancia, el olor como una sustancia que puede despertarte incluso de la muerte instantánea y repentina, ese halo que resucita al tiempo cayéndose para sacarte del vacío y disponer así del fin de la quietud al menos por ese instante. Un pasaje, una puerta, una ventana al sol. Me gusta mirarte con las manos, me pierdo en las búsquedas, me desborda la fascinación, el anhelo de un idioma propio, la construcción de un paraíso capaz de acoplarnos hasta el silencio e iluminar el sol hasta enceguecerlo con los labios, el enriquecimiento continuo. ¿Por qué la musicalidad se pierde? Podrás tocarme hasta el fin y sin embargo no podré escuchar tu voz hasta figurar tu ánima frente a mí con los ojos bien cerrados. ¿Por qué? El silencio no es el fin y mucho menos la forma definitiva, se abren las manos a los ojos cerrados, la oscuridad es un estado de conciencia como el hartazgo y la consumación. Un lenguaje que habla con la palma de las manos, que al tocar sienten y eso soy yo, manos reconstruyéndote tras el telón de los párpados, acariciándote, redescubriendo tus formas: Enfermos. Los años decrecen desterrando a la quietud, el movimiento construye al tiempo, el orden implora la necesidad de conciencia. ¿Por qué? ... y el pasado. ¿Qué mierda es el pasado? El futuro ya es pasado, el presente es pasado y el pasado... el pasado es un fantasma, el pasado es historia, el pasado es histeria, el pasado es viento, el pasado es luna, el pasado es sol, es pasado es lluvias, el pasado es noche, el pasado es dios, el pasado son los túneles, la recolección del vino y la algarabía de los colores descubriéndose, la revolución de la boca hambrienta de saciar su sed. Somos pasado, somos pesados porque soñamos con volar, somos livianos porque jugamos con soñar, y la fiesta es un anacrónico desfile. Toqué al fantasma en las profundidades y no sé por qué, yo vi luz en el jardín y un cielo de colores reinventándose, en sus ojos pude leer "derrame de matices internos", yo sólo atravesé la mañana y entré. Las palabras van sin tiempo, se dibujan, y la sensación de los labios no se despega de los ojos, ahora estoy aquí, dentro de una película donde sigo siendo yo pero las formas cambian porque todos quieren verse por igual en mí, entonces, sólo cerrá los ojos, y la soledad abrirá tus lunas y la noche... Me queman tus ojos hablándome en silencio, las manos abrieron el juego e inventaron el aire que nos quedará en recuerdos, lágrimas de tiempo hay en el frío y la ciudad descansa sin dormirse antes del amanecer. Caminamos frescos tocándonos por fuera sin tener razón, la excusa ya no importa, la digitación destilándose en el velo. Las manos fueron en un principio más que manos nomás, eran nuestro único puente, el acceso a la ambigüedad de energía que sin hacerse luz aún en secreto nos acomete. Éramos luz, eran sus manos en mí la ciudad del sol: Jugando con tus manos, navegándome, tus dedos pueden abrirme a mí y despertarme rumbo al sueño de saciar las bocas del árbol de la canción. Los ríos resecos de sed saben que vos estás en otra sintonía y al final tu piel está secándose, igual en mí las flores piensan en volver y así volar para buscar calor, para buscar el sol, para saciar el frío de tu voz. Mares, paraísos, desfiles de ensueño, y así estoy yo, explicando el origen de las manos figurándonos ahora como una puerta en esta experiencia colosal que revive vuelos que reaviva fuegos del secreto que incuban los roces de mis manos en tus dedos inmortales en la historia profundamente púrpura. Y estás sentada, lo sé, suplicando poder tocarme hoy. Y como si supieras desde lejos que yo estoy refundando lunas sobre el mar, dibujando soles, vos volvés sin decirme nada, vos estás disparando flashes desde allá a mis ojos, defendiendo tu lugar, reviviendo la historia. Te pesan los anhelos de saberme solo y por eso vas a figurarte siempre como un fantasma, como una reina desesperada, sin discusión, reluciendo tus jardines hipernaturales y tus sombras infames, la ilusión fugaz de los órdenes supremos. La declaración de muerte, es sólo un nombre, la historia no es una ilusión, la suma de intensidades es algo más que tiempo, son palabras en el viento y herramientas de la rendición para nunca declararse muertos, para no dar lugar a la encarnación del pasado hecho verbo en una canción, en una noche leyendo mis velas, los barcos encallados en la tempestad ya no están, ya no vuelan...

lunes, marzo 03, 2008

En tus ojos, la profundidad del sueño.

Pueden ver tu aura si saben explorar allí.
Vi en tus ojos un círculo,
sentí la lluvia de verano,
puedo explicarte el nacimiento del sol,
la altura no marca distancia.
Perdido en la profundidad del sueño pienso en abrirte mi cuerpo,
siento que podrías navegar en mi desierto,
sobrevolar con colores las puertas del cielo,
el desafío, la insinuación,
espiar buscando la sombra entre los verbos que caminan suave,
buscar tus palabras en la melodía del ensueño.
Perdido en la profundidad del sueño pienso en abrirte mi cuerpo,
siento que podrías navegar en mi desierto.
En tus ojos, pueden ver tu aura si saben bucear allí.
Lo siento,
yo ya he caido profundamente dentro.