sábado, julio 19, 2008

...e inclinado sobre su vientre escucho los susurros.

y dice tu sonrisa por demás
y camino caminándote
noche abierta, noche entera
deshaciéndome,
en mi boca desdibujada balbuceo tu nombre
ya no hay más que puertas
las ventanas se agitan entre el sueño y el susurro
no te vayas, ya no más que a la vida
y mucho menos del otro lado del espejo
voy en el jardín de las rosas a buscar los misterios del otro lado
y sumergido en esta casa estoy despierto de las sombras
y los silencios ya no son karmas
ya no existen por demás los delirios del tiempo
y el pasado está de tiempo
y eso es el desierto,
y esto es despertar y saber que no hay voces que salpiquen
y la verdadera sed de decirlo desde acá para siempre
y desde todos lados por ningún lugar
la desesperación caníbal en la quietud
nadie mira más que vos dentro de mí
en mi sonrisa se esconden las palabras
y en la tuya...
¿dónde estás?
el placer, el principio
la incertidumbre natural,
naturalmente enraizados en la quietud
y nos movemos dentro y hacia afuera
¿desde qué lugar estoy diciéndolo?
Ya no sé.
Las voces hablan
y siento que olvide cómo era esto de poder hablar,
ya no siento en las palabras, no,
ciego en contarme a mí,
en buscarme a mí en la oscuridad de mis luces,
porque esto soy, esto son las palabras,
el cúmulo de letras que urgen por salir
exquisitas por el qué dirán.
Y la belleza esteta derribó a la urgencia
y otra vez estoy acá librado a la musicalidad por sobre todas las cosas
abriendo conceptos puros con las llaves del alma
hay quienes tienen todas las llaves.
Sobre el mar, bajo el cielo
entre las piernas cansadas del deseo,
el recelo desfallece y otra vez
el florecimiento eternamente perpetuo
¿Qué pasó?
Qué pasa es la pregunta,
en presente,
si, en presente porque persiste
hasta el dolor persiste
y resiste,
es reticente y no se entrega
no desiste,
solo insistir,
y no es ciego porque no ve,
no tiene ojos el dolor,
no mira el ardor
solo urge,
solo ruge
naturalmente molesta,
carcome,
estoy en la comodidad de la denuncia
lo sé ah dios
adiós
es que es tan fácil y tan perverso
es tan real y tan abierto
el mar canta tu nombre
quiero que digas y que bañes mi cuerpo otra vez
que destruyas las estrellas consagradas y dibujes por cada estrella un sol
¿porque eso son las estrellas sabés?
Soles que a la distancia y desde acá, solo titilan
soles que brillan y son masa y luz
sos una voz, el alma
un nombre divino y terrenal que camina y navega conmigo
y desde acá veo que nada es tan fácil
y siempre pensé al amor como un refugio, una guarida,
una morada para escaparle al dolor y no al ardor
porque el ardor es creativo,
es un germen
y el dolor también
¿y el amor?
real, intangible,
verborrágico sí,
diarreico en estructuras superpuestas de palabras que salen por demás
y ven la luz como abiertas a la sangre
como abiertas desde la sangre
donde han flotado
y rugen al ver tu cuerpo
y saben que la luz es esencialmente nuestra
la consumación
la cópula
el enceguecimiento hasta con los ojos cerrados de quienes no pueden verlo
y allá ellos y yo
desde acá,
contra la imaginación, desde la marginación de las palabras que no me dejan ser
que no me libero del todo de ellas
pero tengo un porqué
un para qué además del mío
además de mi infinito y de la finitud del mismo,
del mío infinito,
de los golpes en las manos,
de los cortes,
de los labios,
de los años,
los extraños,
yo te extraño
yo te amo y te siento de noche como un palacio,
me he perdido en el encantamiento de tus ojos que duermen
busco en tu cuello un lugar para amarte de otra forma
como con los dedos
como con las manos
y me ves llorar
y me ves reír
y sabés que amar es más que una sensación
una forma de vida
un punto de encuentro
una encrucijada desde el corazón
y los miedos existen en mí desde afuera y hacia dentro
así como también al revés,
vos me entendés,
como las palabras,
que son eso, viscerales
como la mierda,
intento, y no me arrepiento
y lo consigo y vuelvo a verte a vos en ese beso inicial
y como tantos otros son todos iniciales del momento
en el despertar,
hay sol en mí y todavía hay más
constelaciones entre la arena y el mar
la sensación
la sensualidad insaciable
sos real y te veo
y te acuesto y te dormís sobre mí
y adentro tuyo tan despierta
y busco y estás pero no te encuentro
y no dormiste acá pero está tu olor
y tu perfume
y las llaves, las mil llaves
y no tengo más que formas
y no conozco otras pero podemos buscarlas juntos
y te recuerdo
y soy recuerdo
y sos recuerdo
y hay un acuerdo
y acordamos
y nos recostamos
y nos paramos
y nos cogemos
y nos amamos y nos besamos
y nadamos en tu cama roja
y en mi casa estás tan suave
y tu abstracción me desintegra
y no sé porqué y me desvela tenerte así
y yo sé que quiero ser con vos una luz
y las vueltas me devoran entre los delirios de saber seguir
y poder embriagarme en palabras
y la sed insaciable
otra vez
y no quiero más soledad
y nunca se vuelve a estar solo en realidad
y nunca se deja de serlo
y nunca se deja de estarlo
mi amor, y con propiedad
mi amor, y no por propiedad
mi amor, porque es desde mí a que te hablo
y es desde mí que te amo
y es para vos que me abro
y es a tu ardor que le canto
y a tus labios que me abrazan
y tus dedos que me tocan
y a tu cuerpo que me ríe
y que me baña para sacarme la muerte
y la compasión no existe
y la pasión me enamora
y tu miel...
y la velocidad
y la veracidad
y la luminidad
y las heridas
y las queridas
y las venidas
y las salidas
y las entradas
y las poesías
y los versos que no te dejan en paz
y la paz de diversidad y no de los cementerios
en la ciudad a los pies de la luna
a tus pies mi luna
a los ojos del sol
a los ojos pardos
que cambian
buscan la luz quienes corren
quienes huimos buscamos la luz
buscamos tierra
y no somos más que agua
y somos lágrimas
y vos la fuerza
y la suavidad
y el amor
entramos juntos
y estamos juntos y bailamos
y tu lengua me desarma
y tu te amo me acalambra
y tu poesía me deslumbra
y entre tus labios mi vida
y el agua que corre y que sigue sin salirse del lugar
y el río pasa
y el tiempo
y el agua
y levantamos las copas
y brindamos por el aire
y el invierno fresco nos rejuvenece con aire nuevo
el tiempo cambia
todo abre
todo cambia
y canta, y te canto
y me cantas
y te amo en la música
y me levanto y buscando tras el velo del amor
y estás vos y la pureza no es impoluta
y mi cabeza merecía la pausa de los enanos
y de una vez destruimos juntos y para siempre la oscuridad de las camas
y entre las piernas también fluye el amor
y entre tus dedos se ama
y bajo tu lengua una llave
y convido todos los círculos concéntricos que tengo
y nadie dirá que las cartas estuvieron puestas por demás
y puedo seguir y seguiría desde el sentido
y no hay razón o sí pero el impulso lo llamo desde aquí
y voy a verte en un rato y siempre
el cifrado está en mí ya
y los meses
marzo
y las semanas
abril
y los días
mayo
y las horas
junio
y la eterna intensidad
julio
¿y qué más viene?
no voy a contar más que historias dentro de la histeria particular
que no me deja en paz
que no se va del todo
y tenes manos tan suaves
y sabés que tu piel
y sabés que sos linda
y sabés que vas a leer esto y vas a buscarme y no te va a alcanzar con hablarme
y no vas a poder más que llorar y no de odio
y no vas a poder más que amarme y suplicarme dentro tuyo
y tampoco yo ahora que lo hago y que te imagino ahí
leyéndome, con mi voz recitándote,
construyéndome vos
y sí
quisiera que estuvieras ahora leyéndome en hojas tangibles
que se te traspapelen al buscar qué sigue después
y sin embargo esto es lo que hay
y no por eso me apena
apelo a la causalidad de las casualidades
y en este caso el orden de los factores no altera ni alterará el producto
puesto que la creación es conjunta desde que existís hasta que estás leyéndolo y para siempre
y la furia
o al menos el amor que es nuestra fuerza
y el movimiento
y una sierra
y el viento
y un color
y el verbo
y el amor
Te amo
entreabriéndome para buscar
canto las plegarias y siento que la noche se consagra y sueño,
gimen en el jardín los espías que emergen por la tempestad
ya será,
cuán triste es el llanto del invierno
la melodía se rie entre las caricias invisibles
sensación desde acá.
Cuerpo.
Aluvión.
Impregnadas de miel las hojas de tu voz
y tu espalda se cae y nadie más que vos sabe cuánto puedo darte amor
cuánto puedo decir
y nadie borrará la furia,
la improvisación,
la pasión por aflorar la pulsión
la búsqueda de cómo bucear en un cuerpo nuevo
en un cielo con estrellas y sin velos
con blancos si
y cuatro mares
y cinco mundos de algodón
y seis fotos
porque la ceguera se desvirga una sola vez.
Te amo.
Sueño y camino sobre la sombra de tus pies
y miro siempre las flores a ver si estás ahí dentro
si harían juego con tus ojos
y quiero darte todas las variedades
y todos los ramos que veo se abren para mí
para dártelos,
inquietos
bailan,
llaman al viento para hacerse ver
silban tu nombre
y liberan tu olor
tu perfume está en mí
y yo lo busco
y yo lo siento
el clímax se siente desde la noche transversal
Sueño,
navego en despertares constantes.
La conciencia revisa el paseo y desaparecen las comodidades
la serenidad no descansa en el desfile
y al escribir busco también poder salir del cuerpo
y llegar a vos
y susurrar en tu oído
y ser en tu boca el verbo
y regar con luz tu sexo
y cantar tu nombre al viento
y sacudir al desconcierto
en la fiesta que esperó por nosotros hasta el día de hoy.
Sueño donde la eternidad solo seremos nosotros
y las ventanas, la imaginación
la necesidad de hablar a los ojos
y también buscar la sensación
o al menos atesorar en imágenes la percepción
a tus labios con mi voz en vos
y quiero encantar
y quiero encantarme
y lloro por no tener el rol sorpresivo del actor de reparto que lee el guión y no lo ha escrito
y tiene que asumir el rol
y tiene que sentir el personaje
y hubo alguien que escribió para él
y hubo alguien que se basó en su carne
y yo te entiendo
y yo me voy
y no me entiendo
y yo aprendo
y cuánto tiempo
y si no te tengo
te necesito
y es tu olor
es la vibración de tu cuerpo
es un perfume
es la fascinación que despiertan las ventanas al sol
es el hacinamiento
es la necesidad de entrar
de disipar la mañana
de iluminar y llenar de luz
de regar de colores y crear matices ya inventados
y reformular la posición de los hombros
y estirarse
y desperezarse
y despedazarse en las sábanas que anhelan no despertar
y abrazarse al sueño de estar despierto junto a vos
y el futuro, ¿qué más da?
y estamos librados y somos libres
y pronuncio en esta construcción un cúmulo de sensaciones que se van
y nos chocamos elevándonos
y nos vamos en canciones
y perdido entre tus brazos soy, corazón, el verbo conjugando al viento púrpura.

miércoles, julio 02, 2008

En el jardín de las sábanas rojas del amor despierto.

¿Desde dónde vendrán las voces a decirme que en realidad
ya no tengo razones para el asombro más que en la luna sin fin?

Un nombre remite al pasado y ya no estoy buscando eso.

Una cosa en otra, como un pasaje, un empujón
siento a la palabra en la música
y digo hay que romper, hay que quebrarlo todo.

El derecho, el alba
el idioma, la palabra
las palabras, una cuestión
una oración, la destrucción,
la reedición, la revisión,
la reimpresión, la reinvención
y en realidad se busca lo terrenal,
en los ojos, después de la voz irrumpe la palabra rígida.

¿Y por qué sigue caminando?
Así, a simple vista pienso que debe sentir tal como ha oído de muchas bocas "no hay que dejarse caer", que no es lo mismo que no caerse, en serio, con la seriedad que implica la sonrisa de leer lo que estoy escribiendo, esbozar simpatía comprimiendo los labios, esperando el siguiente escalón para seguir en la escalera, seguir sin bajar la guardia, seguir adelante con lo que ya se está llevando a cabo, seguir delante de lo que se empezó, y seguir la ardua tarea que implica recomenzar, por delante de cualquier intento para derribarlo, sigue, pues su convencimiento es que el dolor es externo, que la agresión es ajena, que el contacto es algo a lo que se está sometido desde el vamos, y sí, lo digo así, también afirmo que es ésta, una posición tan cómoda, la mía digo, de ser un observador de actores externos a la interioridad de otro, pero es que con esto también tengo la esperanza de estar diciendo algo, porque el dejarse caer es eso, bueno, el no dejarse caer es eso, es señalar que hay un afuera marcado desde tu piel y que sigue hacia allá, hacia acá, a todas partes y desde todos lados, una suerte de complot con el fin de derribarlo, pues porque cada uno sabe de su condición sobrenatural y sabe que es implacable, y por eso mismo es tan necesario que quieran destruirlo porque no va a dejar que lo tiren, que lo hagan caer, eso sería ceder espacio, dar una ventaja aún sin que nosotros, el afuera, fuésemos concientes de ello, que cualquier movimiento que quiebre la tensión, sería en realidad un posible despertar en la quietud del poder, de la puja por la puja en sí, y en cualquier paso en falso sería equivocarse ante los ojos ajenos, ante el contexto, y desde adentro eso no puede permitirse, cualquier grieta podría originar una gran inundación, declarando que el problema se a filtrado hacia adentro y de esa forma en las posibilidades estaría si, el caerse por uno mismo, algo así como sentenciarse la propia muerte.

Viaja dentro de su propio sueño,
vuela alrededor del sol envuelto en un jardín sin velos
y busca la radiación para entender el por qué de la selva de cemento.
Un faquir, un mago, un beso, un canción, las piernas heladas sin el sol,
la luz de la luna amordaza y los otros pies se anudan sin saberlo,
hallan el dolor de la incomodidad, el remordimiento se desenvuelve
una sonrisa en la oscuridad , una carcajada plagada de recelo
buceando para llegar al cielo en nuestro primaveral invierno.

¿Y por qué estás acá?
¿Y por qué soy tan frágil?
¿Y por qué nunca estoy demás?
Pienso en el por qué de los órdenes,
siempre a la vista,
los ojos esperan darse por aludidos
esperan ser abiertos
cambian el aburrimiento,
las rimas no sé quedarán esperándome.

No hay dudas,
es el error un cúmulo de flechas,
una selva de bocas, de ideas
y a estudiar
y otra vez esperando los hilos del titiritero que señalan lo no leído.

Con miedo, sí,
una vez más el nervio, los nervios,
basta de claves,
otra vez volvemos a dudar del comienzo,
y ya olvidamos que jamás pensamos en la búsqueda del fin.

Corren,
huyen del tiempo,
se escapan del calor real,
burlan la madrugada.
Corren,
huyen del tiempo
y no duermen,
no saben qué hacer para no parecer despiertos.
Corren,
se enamoran y la eternidad se abre,
lucen iluminados los lobos y el viento.
Corren en la profundidad del sueño púrpura el despertar real del amor
el reino y el jardín
el perfume, lo esencial,
detrás del telón un escenario divino.
El ardor terrenal fecunda la miel
los aires de color,
tu vientre ilumina como el sol
la sabiduría se disuelve en un beso sin palabras.
Enreverados en el diálogo los ojos se hicieron en la unión
los pétalos furtivos atraviesan la pared
los lobos y el viento entretejen el vacío
y se descubren una y otra vez.

La vida desde allá,
percibo las piernas hambrientas recitando plegarias para volar
y parece que los barcos ya no existen a la deriva ni tampoco el mar,
ya no hay mares de lágrimas
ni mares de ensueño secos de magia,
los párpados ya no sienten el peso de la cordialidad
ni se abocan al suplicio de dormir en paz
por fortuna ya no estoy así
escribiéndolo en la mesa que se deslizó hace tiempo
y parecería que las palabras...
ya no sé,
no tengo formas nuevas,
y con el cuerpo...
ya estoy abierto...

Ya no estoy atado a la calle, no.
Ya no hay formas ni vestigios ajenos en mi cuerpo,
la realidad existe ahora y tiene nombre de mujer.

Están perdiendo la voz y la piel busca la esencia siempre.
Preguntándose si acaso la fricción es siempre necesaria para el movimiento
y entiendo que sí, vuelvo otra vez a no querer caer en la quietud
y descubro, asumo, entiendo ahora al caer como alternativa,
a la soledad como un camino más
y veo que la ciudad se construye, se ilumina
y que la luna se abre también para buscarte,
enredándonos en el jardín de las sábanas rojas del amor despierto.

Quiero que te duermas ahora,
puedo verte soñar horas, muchas horas,
y en el despertar,
en el abrir de tus ojos la eternidad es sólo un instante.

Lento despertar, sí, como siempre.
El encantamiento sigue en el interio,
pero al parecer los sueños se han caído
y el lugar de referencia es a veces un castigo.
Un tiempo más... huele a consuelo, a compasión
y no, ya no quiero más palabras compuestas.

Un suspiro, halos de vos en mi espalda dormida,
la búsquead de aire para seguir adelante,
para seguir de pie, para no dejarse caer.

Busco la ciudad y no encuentro la salida,
yo me pregunto dónde el viento, si es real,
la bondad reniega de serlo
y mis ojos agonizan por hoy,
no voy a rendirme a la culpa,
solo viajar hasta perderme en un sueño profundo.
La soledad,cuadro de mi habitación,
venciéndome al cansancio de las noches sin luna.

El mar no viene a verme a mí,
son tres los actores del movimiento y no puedo escaparme,
la musicalidad es un karma,
y yo ungido en las sonrisas y las uvas,
la resignificación no cambia,
mi corazón solfea tu nombre al amanecer.
Estoy cayéndome sin alas al circo sin sol,
sin luz,
la cera no corre peligro,
las flores no cesarán dedar a luz,
la tranquilidad brota de mañana.

No quiero más noches sin luna,
las estrellas no se proyectan en el mar y busco el puente
la ceremonia,
las costumbres y el lamento al amor por la sentencia previa.

¿Y yo, cuándo saldré del infierno?

No soporto los blancos y ya estoy cansado de la oscuridad
y no sé si pueda seguir, quizás no esté dispuesto a sobrevivir,
no tengo fuerzas para dar la vida solo por hoy, de verdad.
Ni siquiera una llave, es que ya no llego a ver las puertas,
es que ya no sé si las hay,
y las estrellas,
y tu vientre,
y el sol y la luna,
y tu voz que partió hacia mí con necesidad de verme debajo,
con la idea del deseo,
de ver sobre mí y acá estoy,
y esto soy,
el aire y la falta de,
y la sangre,
y el norte,
y las fiestas,
y el amor,
y el aire que pierde,
y el cuerpo viciado que busca la sierra,
que piensa en huir viéndose en el texto impersonal,
la falta de dios.
una voz,
una luz,
una flor de marzo que brota y se dispara como el viento,
y será el invierno,
ya no piden más que aire,
vos sabés,
el calor sofoca, la historia más,
el cansancio me persigue
y los idiotas como vampiros se brotan frente a la luz.

¿Y si es casualidad?
No estoy cansado,
nada tiene que ver con dormir,
con pasar el tiempo,
hay una música que ruge en mi lugar,
ya no tengo sangre,
ya no hay luz,
la fuerza me carcome dormido impidiendo la reacción cuando no estoy despierto.

Quiero llegar y caer,
si, claro,
ya termino de escribir.
El sueño me desvela y para qué,
formas quizás,
ya nadie pinta la luna,
en mis ojos una flor enamorada,
viento,
la soledad ya no la entiendo,
y sin saber más del sol ya no me importa cómo, ni por qué,
no estorben el espacio virgen,
sangre.
Mi lengua vomita y se relame.

¿Cuál es la salvedad en este vuelo salvaje?