sábado, septiembre 22, 2007

Días de sed

Soy tan frágil y no puedo seguir
en las alas jamás mi nombre
ni una rosa en mi sombra.
Sobre la ciudad destruyeron el aire desfilando tu cuerpo
las palabras nena
las heridas
en la parte de atrás
en la fuerza
un suplicio
y quisiera entender
destrabar el cruce de las miradas
y las palabras quietas
en sus ojos el movimiento es externo
y la velocidad dispersa
más allá
y vuelvo aquí después de ser
yo atravieso tu cuerpo.
Lejos
dando vueltas
girándome.
Desvanecida en seda
la voz testificó el impacto
las lágrimas
y en la memoria las flores
días de sed
y el agua idiota baja en tus ojos
sin salir el sol.

lunes, septiembre 17, 2007

Cosmogonía de la interpretación:

En él respiro, vicio desenfrenado del saber
cierro los ojos y me voy en las palabras,
y quisiera dejarlo todo en silencio
y en la oscuridad quebrarme y rendirme como un fantasma
deshaciéndome en la piel de tu canción
en los labios de la luna
en las bocas hambrientas
sedientas del verbo mujer.

viernes, septiembre 14, 2007

La venganza!

Un verbo lacerante,
fruto del amor dulce.
El silencio estigmatiza la duda.

Arden las lágrimas
y la piel se quiebra en mis manos,
la sangre no está.
Arden las lágrimas
y la piel se quiebra en mi cuerpo,
el aire no está.

En el aire las bocas hambrientas riegan el sueño,
dedos crispados en el vacío sin belleza
descreyéndote,
caminándote,
vacilándote también.
Sinrazón.
Melodías en el viento,
quiero subirme y la armonía reluce entre los labios.

La belleza,
un espejismo de saberte así y encontrarme solo:
sin mi piel
sin mis manos
sin saber.

Desfilando en el tiempo a la espera de la espuma.
Digitando:
la locura esperándome

Abriendo la ciudad del sol
las luces no esperan por mi sombra,
ya no siento el disfraz.

Sobre sus cuerpos sedientos radica el brillo seco
y si me voy es el sueño,
y en la búsqueda la luna mira hacia atrás
y en mis ojos dos cuerpos copulan,
y las palabras vacías rellenan tus espacios hambrientos,
es la piel.

La historia roza el fuego y me sumerge en la distracción.
La desesperación desmedida de sentir aire puro.
La veracidad, la velocidad.
La necesidad de salir de aquí y soltar con fuerza.
La fuerza desenfrenada.

Siempre abriéndote a la ciudad del sol,
donde las puertas se atraviesan sin volver,
donde la sangre simplemente suplica el tiempo
y así reírte de la tierra desde el otro lado.

Enfundada ceremonia del exceso en el viaje hacia la sabiduría de la excelencia,
en la búsqueda de mil soles calientes como lunas fóbicas de la noche,
una súplica, un cantar,
el despertar de un ánima dormida,
la festividad tribual,
yo también quiero
pero no sé si acaso podría salvarme yo.
¿Quién irá a decir entonces que fueron las sombras de noviembre?

Voces perpetuas del juego vital.
Y ahí en la sincronía de la entrega titulada venganza
todos rendidos a los pies del sol
cómo rehenes de la genialidad erizada en si misma
cómo rehenes de la discapacidad vocal propia
cómo rehenes secundados sí por cabezas sedientas
cómo rehenes anestesiados por sus propias manos.
¿Dónde el fuego de las aguas?

Las sombras
la referencia
la irreverente irrelevancia de la genialidad desprovista de luz
destituida desde el vamos por el sacrilegio del respeto
y la enferma justificación del qué hacer contra las gotas de aire
contra las mariposas sedientas de gritar hasta decretar el silencio perfecto.

miércoles, septiembre 12, 2007

porque la voz y el silencio han dictado la sentencia.

La flor abre las piernas en la inmensidad, abrí tu cuerpo nena, vas a ser el sol, el tiempo y las palabras, silencio y al final, las esporas que se pierden sembrarán la ira, tu voz es verdadera y en la distracción el sueño te despierta y en el viento voy, yo soy la luna enferma, la liberación, la lluvia una descarga, como una pulsión, llega la noche eterna y es tu cuerpo hoy, la sangre en la avenida y la introspección, el aire se respira y en la habitación espejos y jardines, la interpretación, el vacío entre tus manos, la velocidad, el viento púrpura revive a las brujas del aire, la finalidad, el juego nos seduce y la desesperación desata la locura, ya no sé si acaso es tan fácil, si la credulidad me muerde la lengua nena y vos sos una flor y detrás de las lágrimas yo ya no me voy, porque tu nombre vive en mí, porque en tus ojos soy magia porque en tu boca soy carne del cielo porque en la inmensidad la flor abre las piernas, porque la voz y el silencio han dictado la sentencia.

jueves, septiembre 06, 2007

Gestos del aire en tu boca roja mía

La flor desvelada dibuja la historia, su voz me hedoniza al amanecer.
Sus alas son gestos que cubren la aurora, desnuda la esencia saciando la sed.
Jugar es el verbo del fuego y la sombra, eclipse de cuerpos y el frío se fue.
Las bocas recuerdan quebrando el silencio, el tiempo es eterno al amanecer.