jueves, enero 17, 2008

Refugios conversos en la memoria del agua.

A la expectativa todavía pensando en ayer,
fotos del futuro.
Así que te gusta mi transparencia che, que bueno, al fin.
La verdad que esto de ser transparente es algo bello, algo hermoso.
Ser transparente, soy transparente.
Sí, me dejo atravesar por la luz, por las luces,
pueden ver a través de mí,
no soy un obstáculo a la vista, no soy abstracto.
Ser transparente, soy transparente.
Habrás querido decir íntegro, en esencia plena, sin máscaras,
mal llamado entonces puro, entonces, incapaz de obstaculizar la luz.
Ser transparente, soy transparente.
Ni siquiera obstaculizar la imagen, nada, simplemente ser transparente.
Una agobiante sensación que impone su nada, nada enriquece, nada implica,
sólo oprime con su imbecilidad invisible, pero no intangible.
Ser transparente, soy transparente.
Eso, esto es lo que dijiste.


¿Hay necesidad de seguir pensando en la reacción?


Siempre real, siempre aún a niveles de irrealidad, y los demás no varían.
El camino en la sintonía de perdurar.
Me llama la atención ese nombre, como una declaración.
¿Estoy cansado?
Ya no, a decir verdad el aire aquí viene solo.
Las láminas de luz se esconden en el cielo.
Todas las voces se pierden en el mar, ahí está asentada mi fuerza.
Y haré llover, la venganza a los ojos.
No hay necesidad de una cercanía física.
Tiemblan las bases.
¿Y?
¿Con eso qué?
No quiero quedarme quieto, no sé tampoco si podrán moverme.


Y volviste a ser la detonación a oscuras y en silencio de mi despertar, y el ardor es una vez mas el motor desde el vamos, sí, ya lo sé, yo soy quien lo siente y es por eso mismo que los negativos de la ecuación los padezco todos juntos ahora, una vez que atraviese el espejo, la verdad es que no quisiera volver para este lado. A mis ojos, la manifestación vivía de la libertad. ¿Cómo puedo encerrarte? No, ni en una idea, ni en un cuerpo, no, algo más que una sensación… un lugar.


Será que le temés al sol.
Será que no estás preparado para su luz.
La insistencia de la admiración.
¿Cómo lo saben?
¿Con qué certezas?


No puedo decirlo.
¿Qué habrás visto?
Otra vez no pude.
¿Sería más fácil?
Esta es la vía más fácil.
Asumir la simpleza implica un grado de pertenencia ciega,
ciega en cuanto a la imposibilidad de codificar la imagen correcta, la idea.
Yo sé que mirás, creo saber el qué.


Buscando entre las sombras las sonrisas del final, la historia es tan real en los jardines de mi boca. Abriéndose las alas en la calle que despierta al sol, la lluvia, la lluvia vence y entre las lágrimas el aire. No está mal el fin sin dios. No está mal. No está mal sangrar dolor. ¿Quién dirá que no hay razón? ¿Dónde iras bajo este sol? No puedo verte así, no quiero. Hoy voy a salir a ver el sol. No voy a matarte yo, y el dolor será mi voz, y la sangre llora en mí, y el final no va a venir, y el final se fue de aquí, y en la nada del caer, no puedo hacerlo, creo que quisieras querer quererme, esa es la consumación, la revolución. La pérdida de la libertad, declarar la rendición ante el movimiento de las olas insita a la luna a buscar el sol, a salir de noche a oscuras. No! Todos quieren ser el mar, todas quieren ser la luna. La luna verse en el mar, la luna se dibuja en el mar, el movimiento del agua la borronea, la desfigura, la luna se agranda, la luna se achica, la luna se abre, la luna se cierra. El agua, el mar, ella. La luna dentro de él, esa es la imagen. Ésta, es la ilusión. No es como el sol. La fascinación del ocaso, la resurrección, el nacimiento del alba, la consagración. Verlo crecer con fuerza y salir, asomarse lentamente, viéndose, abierto al cielo. La grandilocuencia de la dispersión, el movimiento en el agua, la sublimación. La luna quiere verse siempre en la piel del mar, la luna quiere siempre, a la espera. Siempre en la superficie, desde afuera, siempre creando la ilusión. El espejo y es que el mar se vuelve así, un reflejo. Solo la luna es pura. Brilla. Íntimamente ella es la luz blanca. ¿Ya dije que la luna brilla por el sol? Cierro los ojos y no te puedo ver, una vez más. Otra vez en este juego y con los ojos cerrados. Ya no estás. Tus ojos de nácar nunca se irán. Tu sombra, tu voz y tu forma están en la oscuridad. No hablemos así, al menos hoy. Los ojos en la niebla. La luz se vuelve brillo y la ilusión. La ciénaga ya no está, aquí el blanco no es la velocidad, el cielo y el viento bajo el sueño púrpura siempre serán en sueños el sol, la luna y el mar.


Perdido en las risas vi tu sombra en el agua,
las estrellas en el mar y el sol.
¿Por qué?
Tus ojos de nácar se figuran en el agua y no se borran,
no se queman,
no se mojan,
tu voz huele a mí y esta fiesta está perdiendo luz…
¿Dónde están las flores?


Cómo me enferman,
(al punto de sentir la muerte)
las conjugaciones de los deseos presentes en tiempo pasado.
No voy a salvarme nunca, ya es demasiado tarde.

El lugar del final:
Refugios conversos.


Te mentí. En ese momento sí tenía un deseo puntual. Pudiste olerlo, los árboles fueron testigos, las palabras… Quería tus labios, quería tu luz, quería perderme por todos los tiempos y reescribirme tantas veces como la sed fuera insaciable hasta destripar el fantasma que siempre asegura que nunca nada es para siempre, quería tu sol, quería enceguecer a la luna que vive en mí, quería cambiar el hoy, era la forma, los besos, los cuerpos del pasado, era el momento, la perfección. Fuimos la perfección, sembramos el cielo y es por eso entonces que dijimos basta!


Terminó con un acento llovido por arenas vírgenes.
Los ojos vírgenes ya verán el sol,
las calles rugen soledades,
el mar hambriento se agita y las ideas nunca dejan de querer despertar.
Lirio: ¿Cuándo veremos la gloria?
El puente de la inmensidad.


¿Tanto?


Todo me parece un exceso, todo.
Cómo poder asomarse a la luna en una noche sin luna.
La totalidad, la búsqueda de los límites internos.
¿Dónde están?
¿Dónde fueron las palabras presentes?
El acto actual está vacío.
Nunca viajamos con el cuerpo:
y es verdad que no hace falta pero el contexto…
y es verdad que no hace falta pero el contacto…
La imaginación quema las telas de la resignación en la ciudad de nuestros sueños
y los fantasmas desesperados, sedientos de comer mi idea como caníbales de la luna.
Quieren mi luna.
Quieren mi cuerpo y no paran,
ya no pueden más.
Las velas arden y no iluminan,
las lágrimas no se mueren bajo el sol.


A los ojos de todos no hay por qué temer a la luces.
A espaldas de todos estás soñándome, espiándome, entregándote hasta ahí, no más.
Que no se te huela, sino…
Ya sabemos que uno nace para.
Ya sabemos que uno vive para.
Ya sabemos que uno siente por.
Ya sabemos que uno despierta.


Buceando en el cuerpo quisiera atravesar las ventanas, pero así se abren las puertas que buscan un alivio de las muertes de besos muertos, ficticios, como fósiles del aire en nuestros tiempos eternos. Ya no más viajes y acá estoy yo ahora, frente al mar quemándome, deseando sentarme en el aire. ¿Cómo son las ceremonias? Por lo general fueron cambiando en el tiempo. En un principio caminábamos mucho, rozándonos, buscábamos el mar que nos lleve a la luna. ¿Hasta cuando cuándo buscábamos? Hasta encontrarlo. Vos sabés en realidad el llegar a la luna era nuestro fin, ese fin como excusa para construir, para consumar los medios. ¿Cuán frágil? ¿Tanto amor escondido? Asumiste estas palabras… No sé qué viste, no sé que irás a hacer ahora. Desde que te vi… El jardín, cómo lastima ese refugio. Eso es, esto es todo. Este acto llega hasta aquí. Hubo acto primero. Hubo entreacto, por lo que sostengo nos arremetió la necesidad misma de una imagen para abordar así dar lugar al segundo acto. ¿Y ahora? Yo sé, estás volando lejos, estás yéndote, el dolor te lastima, la sequía y el paso del tiempo bajo el eclipse de las ilusiones. Con los ojos cerrados todos jugamos a oscuras. Hay una pose tan fácil… nadie quiere encender la luz. En la fricción el calor despierta soles nena.


¿Qué hay de los paisajes internos?


No aceptan excusas…
¿Es que esto acaso es una excusa?
Tomar por sorpresa la tierra gris incluso en sueños.
Ser objeto de culto incluso en los ratos donde la inconsciencia reina,
donde todo tipo de actos es, sin duda, la algarabía, el reino de la interpretación.
Las caras...
Las máscaras no eran todas correctas.
Los gestos eran de los ocupantes pero el dolor era el mío.
Sueños equivocados…
de la razón y el deseo, arena de la imaginación.
Vuelvo a soñar y me despierto extasiado, agobiado, incauto.
Márgenes de la soledad.


La excusa para poder hablar, el fundamento es la necesidad de buscar una rima para tener presente tu alma, una idea en silencio para nunca olvidar tu cuerpo.
¿Y si fuera así? ¿Qué pasaría?
Es una denuncia, una antena en el parpadeo a conjugar las formas en los ojos del tiempo, el reloj del por venir, las distancias que no existen.
Si pudiera, quizás sería…


¿Por qué tengo que soñarte?


Nada era más importante que eso. Ese beso era tan grande, tan fuerte la sensación que el tiempo hubiera resucitado desde mi propia muerte para darme otra vez el lugar, para retornar en la eternidad en busca de esos labios, de los ojos de nácar con fe, del olor a cielo, de querer dormir a oscuras tan cerca de tu cuerpo a la espera de la pulsión que viole mi cuerpo para nunca dejarte ir…


Un acorde
La luz roja
viajo en el perfume
es tu olor, no el infierno
el milagro del amor
viajo en tu sangre, en secreto.


Yo lo veo
yo lo siento.


Señalando con siluetas mi voz
huelo en tus manos, es cierto.
Ves en mí algo más que un sol
y la sensación despierta.


…a los ojos.
…en los ojos.
¿Cuándo van a ser?
¿Cuándo va a nacer?
Asunción en la caída,
un secreto.
Ya no ay nada.
El viento
…a los ojos.
La fuerza
…en los ojos.
El fuego
…ya no hay lágrimas.


Es un nombre
es un juego
es el sol.
Estalló mí voz
mi otro sol.


Nuestra arena y la inocencia en tus ojos,
tiemblan incluso estrellándose, sin dios


Como polvo,
como esquirla
boca arriba en tu imaginación
caminando tu cuerpo
la pertenencia
la percepción
en el mar
las velas solo giran.


Ya no hay más palabras.
Las uvas se abren en los besos y la súplica resiste,
la carne de esta ilusión que simplemente llora,


suena como un círculo,
escurriéndose
un arpegio sostenido.


Afuera!


Tenés que estar aquí.


Afuera,
para poder verte me dijo.
Ellos afuera, y yo estaba solo.


Cenizas, entonces hubo fuego.
Entonces alguien quiso fundar el infierno.
¿Por qué? Enfermos.


Y sí, la preposición hasta delimita
marca un límite,
declara la finitud.


Estás ahí y yo acá, expectante, excitado ante la expectativa de la intermitencia de tu alma, es una forma un tanto rara, pero será tu nombre la puerta para remitirme a vos, para poder hablar, cruzar ideas, lo de siempre bah! La lista de probabilidades eliminó a uno al azar y por un momento la respiración se agitó aún más, en mis ojos dije, es tarde, una vez más el tiempo volvió a pasar, y así pasa y así pasará y así está pasando ahora. ¿Qué hay de todo esto? Pienso en que estás sentada leyéndome, releyéndote, buscándote lejos de lo que tus ojos ven, siento que estás tan lejos del mar de letras. ¿Por qué habrías de estar cerca? ¿Por qué habrías de estar en él? ¿Qué me hace tan importante para sobrar en mi propio cuerpo y poder ensuciarte a vos conmigo de esta forma, inundándolo todo conmigo, desplegando conceptos impuros, proyecciones de ideas confusas plagadas de sentimiento, de anhelos y resentimiento, de elaboraciones pseudo inteligibles sobre cómo debí haber llevado adelante las cosas en el pasado? Claro, así cualquiera. Esto es la comodidad, la irrelevancia no quiere hacerse cargo de esto y está bien, porque es en realidad mucho más trascendente de lo que puedo divisar ahora. Di el primer paso otra vez. Quién sino, cuando uno es el que llega, es uno quien debe saludar a los que ya estaban allí. Y en tu nombre pienso, siempre pienso en tu nombre. En realidad a veces no, o sí, pienso en tu nombre haciendo eco en el mío, buscando quizás el defecto, por el cuál no pueden volar juntos, o no quieren hacerlo. Por no abrirte entre mis manos, ni siquiera dármela para no sentir el frío, ni siquiera para robarte un color.


Sí, yo estoy escribiendo esto ahora, aún cuando estás leyéndolo, y sin embargo,
vos vas a terminar de hacerlo, pero ojo, ojo eh.
No quiero adulteraciones…
Nada de blasfemar en nombre de la libertad, si vas a violarme que sea en tu nombre, y si vas a soñarme te advierto que no me dejes despertar. No te rías, una vez que amanezco ya no puedo dormirme.


1 Comments:

Blogger Leo Moreno said...

Y asi.seguir...
Fertil, la literatura que impone la autosuficiencia y la perspicacia.
No se cansa de derramar palabras.
Inviernos, veranos.
No hay nada que le impida al monstruo seguir caminando su alma. Su ser.
Indomable...imaginativo, arrastra la corriente con mas brutalidad y mas elegancia que nunca al tratarse de textos.
Tan solo unas cuentas frases, generarian el desborde de muchas mentes.
Tan solo si una etapa de intelectualizacion fuera aprendida y la vulgaridad remarcada de caminos viejos.
El disfraz benigno.
Ahi a la espera de generar..y responder engalanado de soltura y apreciacion.
Brutal y dulce.
La ambiguedad hace que cada texto, cada ensayo y cada lectura, provoque la inquieta razon del ser.

4:08 p. m.  

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