lunes, noviembre 26, 2007

Lirio de mi lealtad

Al llegar el día en esos ojos, la primera impresión era otra.
Después de tanto hablar y hacerse señas a través del sueño,
los ojos se perdieron dentro de cada uno.
Nos vimos frente a la adversidad,
sumergiéndonos en la totalidad de nuestros cuerpos,
esa boca esbozó, más que una sonrisa,
fue un aleteo del alma, tan temprano el placer,
rodábamos con cautela,
precavidos antes los ojos espías que intentan oírlo todo,
¿Quiénes?
¿Cuántos?
Viajar.
Sí, es un viaje, más de uno en realidad.
Interno, externo.
Un cuerpo, una palabra,
quebrarse para decirte cuán profunda puede ser la vibración,
y si es tu cielo,
y si allá podes encontrarme a mí,
y si las manos atraviesan los círculos de miel del tiempo teñido de violeta,
y si las flores vuelven una vez más,
y si por sobre todas las cosas la imposibilidad se vuelve más que un camino,
en el refugio de la expresión del, o de, o simplemente de mí,
entonces acepto.
Con amor y más que un gusto disfruto desde el vamos,
desde acá,
antes de empezar el desafío,
me abro en plenitud del sabor de saborear,
por qué no,
algo más que la línea que prefigura nuestros universos.
Ciego en la impersonalidad,
las formas se figuran
como cuerpos calientes en la oscuridad de los telones fondados en negro,
la música,
la totalidad de nuestras almas,
en las calles, la ciudad,
el cuidado del terror y las bocas se frotan,
mordiéndose,
redescubriendo cada porción del cuerpo atesorada en lo más recóndito.
El mensaje es claro,
ahora la niebla es letal.
La luna sí habla por si sola,
siempre.
Quizás sea entonces tiempo de comprender,
o salir en la búsqueda de la sintonía de la luna,
esta misma noche mientras yo figuro en tu mente mi propio sol.
Luna abierta para despertarme de una vez en tu voz
porque yo soy el tiempo impersonal,
los signos están delante de los ojos,
lo que varía es la intención de las interpretaciones,
la incapacidad de poder hablar con el cuerpo,
vientos que soplan para tus ojos, lirio de mi lealtad.
¿Dónde cultivas tu voz?
En la mañana tus piernas,
la pureza de las lágrimas,
y el dolor amará todo tu cuerpo,
la amapola ensoñará mis curvas en tu boca,
yo lo sé.
Voy a figurarme yo en tus ojos tal cual
y vas a adormecerme a mí, a la distancia,
como fantasmas dibujar constelaciones con los huesos,
y los besos viciados de humo y color
y las gotas tibias son todo bajo nuestro cielo de lilas fundidas en rojo,
entre las montañas de nuestros sueños.
Asilo de tempestad,
sacúdeme de esta habitación,
quiero que me muerdas hasta hacerme desaparecer.
Tus labios,
bulbos púrpuras,
yo pude ver las esporas esperándome.
¿Alguien nos vio?
¿Quién puede bufarse de esto aquí,
en este momento donde las sales carecen de la precisión,
sumidas en los ríos de tu cuerpo?
Siempre la referencia al habla,
no podríamos no hacerlo,
yo lo sé,
pero no puedo dejar de escúcharme a mí tampoco,
ni podría irme desde aquí hasta la luna sin pasar por los campos de seda
a brillar como una sombra perdida que suspira las lágrimas de la savia divina. En tus ojos,
infusiones nocivas,
sedientas en la fecundación del cuerpo que llora,
dulce por la necesidad de ver la luz y abrirse al sol en el juego de no verme a mí, te fuiste sin curarme,
sin hacerme sombra,
yo sé que sos algo más que mi voz,
... y en la voz la perfección se abre,
entramos sin saberlo en él para siempre,
inocentemente, no;
verte tan real que los colores no puedas ser,
ahora estás pensándolo y vos sabés,
en la soledad la necesidad se refunda aliviando al alma hasta llegar a mí
y sin embargo la luna nunca cerrará los ojos para filmarte de noche;
la simulación,
y otra vez esa palabra y el verbo de decirlo todo.
¿Y el de pensar?
Sacrilegio en Fa
sostenido en la magnánima explosión de tus prestidigitaciones ancestrales, todo tallado tal cual,
artesanalmente humano,
milimétricamente enfermo,
burlando la línea que estalle en la perfección,
otra vez el anuncio y el vaivén,
a dónde, y lo sabés,
cada cosa se remite a sí,
obedece al lenguaje métrico,
ensordecedor el silencio distante,
todo sigue y una flor en tus labios para mí
decorando el cielo del jardín de sangre,
del jardín de vida,
del bosque que nos ha quedado,
y nosotros nos quedamos aquí para florecer,
por sobre las hojas muertas y las letras expectantes por ser,
por los caminos inciertos,
cegados a las manos,
a los dedos vírgenes de saber reír,
de contar y soltarlo todo para ensuciarse frente al tiempo,
porque el tiempo no existe,
el tiempo siempre está y las aguas del mar, aquí, allá y en todas partes.
¿A qué velocidad los días de locura y desesperación?
Redefiniendo una y otra vez la liberación,
la libertad, la renovación de una idea como fomento, de la violencia,
de la fricción como motor necesario para la generación de algo,
el desarrollo de la gestación, el sentimiento, el seguimiento del alma, la voz,
yo sé que tus ojos están cansados,
y veo también que el abandono está latente siempre en vos,
y que el fantasma es algo más que tu puta sombra,
yo sé que en la oscuridad la incapacidad de verla
y pensar en haberla perdido te mata, y sí, si te mata,
es ese segundo de duda eterna donde no sabés para dónde ir,
qué hay que hacer en ese momento,
estás en el bosque y las raíces lloran sangre
y tus pies perdidos en el barro se hunden
y la tierra no termina por tragarte nunca y el cuerpo se comprime
y ves en el último respiro ése lago de luz
y de esa forma la razón traza detrás de ti la sombra
y otra vez estás bienvenido al despertar…

9 Comments:

Blogger Leo Moreno said...

Bienvenido a despertar.
Despertar. dentro de tanta caspa y resignacion, de tanta vida, tanto dolor.
de tanta piel y tanto sol.
tanto odio, tanto amor.
tantas certezas tanta impunidad, tanto delirio, tanta pureza, tanta sangre, tanto verde, tanto tiempo, efervecencia.
Y al partir siento como se comprime todo lo que se llama cuerpo y me detona hasta el alma de pensar el cielo circular, ya basto de estupidez y resonancias.
Alado vuelvo a caminar otra, dura casta, y preciosa vez.

5:49 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

cuando esta sombra se prepara un cuerpo al entrar al bosque ya se pluraliza y la salida se pierde en la lejanía y la resonancia de estas mismas ganas de salir pero el miedo.. el miedo a la normalidad que ha de callar nuestra locura que desespera y quiere asir su vivencia y su karma como corazón suyo, y a la vez nuestro cuerpo ya no se siente ni al tocarse y no sé si es que prefiere su impersonalidad o es que entiende éste circo mucho más que yo, y la moralidad no acomete nada aquí porque ya está todo perdido y cuando llega ese despertar... y cuando llegue no se si en realidad querremos ser bienvenidos, mi sombra y yo las mil sombras.

6:58 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

..y ella ya ni quiere nombrar esos perjuicios, yo la escucho un rato y después prometo no atormentarme, enceguecerme o aniquilar mi corazón

7:02 p. m.  
Blogger Lilo said...

Leí muchos de tus escritos y claro, por un momento se me erizo la piel y se detuvo mi respiración... Cuantas de mis sueños se dibujan en este, tu lugar.
Felicitaciones! tienes un gran don...

Cariños.

8:19 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

anoche sabia que te iba a dejar en buenas manos.
cuando me fui me dijiste que ibas a segui escribiendo...
y hoy sorprendes con esto.

sabes? antes de leer la palabra viajar, yo la estaba pensando desde el primer verso. sera que estaba preparada para eso
y asi, llegue a destino: tener cada vez los pies mas lejos y seguir volando.
segui vos tambien volando
segui fusionando la luna y el sol en cada poesia, pero la luna siempre, acordate de como estaba el viernes, de como estaba ayer
de las lunas que qeudan por ver.
de las palabras qeu quedan por decir
y de los versos que tenes para escribir.

11:30 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

impecable.

tenias razon que no iba a necesitar escribirte mas.

11:31 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Si, violeta y rojo. Por momentos azul. Por momentos todos.
Me gusta la comunicación de los colores. Me gusta la dinámica que forman los viajes. Entre los internos y los externos, siento infinidad de mundos leyendo tus palabras.
Está el mío, el tuyo, el de él, tal vez un potencial nuestro.
Reconocés a la perfección los momentos de ciclotimia asfixiante, reconocés mi sed de ser. Reconocés las lágrimas con los ojos cerrados.
Me reconocés, tal vez.
Es cierto, lo que varía es la intensidad de las interpretaciones, de todos modos agradezco esta claridad. Agradezco este acercamiento. Está bueno avanzar en el aprendizaje del lenguaje de señas, gestos y abrazos.
Aunque todo es bruma cuando uno intenta la libertad, me alegra pensar que estamos en la misma vereda.
Te quiero, lobo.

Juli

6:51 a. m.  
Blogger Caro Moreno said...

No me gustan las poesías largas, porque llega un momento en elq ue se pierde la esencia principal, y uno empieza a no saber algunas cosas, pero me gustó esta! como todas lobo!
éxitos!

11:06 p. m.  
Blogger Xi said...

Tu poema me recordó uno de Robert Frost, "The road not taken", cuya cita más conocida es:

Two roads diverge in the woods
and I
I took the less traveled by
and that has made all the difference".

(Dos caminos se bifurcan en el bosque / y yo/ tomé el menos transitado / y eso hizo la diferencia)

Los retrovisores, cuando sea preciso. Para todo lo demás, caminante, no hay camino. Se hace camino al andar.

Un abrazo cronopio.

12:49 p. m.  

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