La inmortalidad eterna
Búsqueda, si búsqueda, estoy buscando y están buscándome ¿Cuál es el punto? ¿Por qué hay que ocultarlo? Quizás desde el vamos sea conveniente mantener el silencio pero…
…ahora resulta que sí, que las lágrimas son normales, que el acto de llorar es un acto cotidiano, rutinario, falto del esmero y la carga emocional desacreditándolo a un simple derrame de gotas saladas. Definamos normales: que responden a las normas establecidas. Bien, entonces sí, las lágrimas son normales, lo que hay que ver entonces es el contexto. La lágrima como corona, como la materialización de un proceso.
Un libro se abrió a los ojos mojados frente al círculo de fuego.
Diálogos.
Siempre como un espía dentro del mismo cuerpo.
Se puede sentir el mar…
¿Por qué siempre el vacío?
Es el viaje interno nena…
El germen.
Sí, la fuerza es más fuerte en el florecimiento, incluso especifica, y ésta regará tu vida y ella llegará aniquilando algo, aunque sea dolor. Acentuando la pertenencia solidificá la decisión de la fracción, la fuerza:
El amor escondido.
No necesito esconderme. Alguien una vez señaló mi capacidad empática. Quizás sea eso el germen, mi germen. Quizás sea eso el perfume, quizás sea ése, el perfume. Mi perfume que en el tiempo se ha establecido y haciéndose a si mismo se conserva como consecuencia de un viaje absolutamente relativo, objetivamente subjetivo.
Música, lágrimas, súplicas, silencio.
Hay nombres para todo. Por ejemplo cuando se tiene un hijo, como una canción, un poema, un cuadro, una vida, un amor, se sugiere una serie de nombres con algunos como principales candidatos a ser en la vida del ..., el estandarte correspondiente. Uno muchas veces apoda, deforma el nombre en un diminutivo, señala una cualidad física o psíquica del personaje. La persona está en si misma siempre, uno es una persona en sí misma, ahora bien, la construcción del otro en uno mismo es un personaje, porque uno acentúa del otro y/o profundiza, ahonda en esos términos que cree, serán eternos, o bien simplemente se despiertan así.
No!
Hasta el escepticismo sí, porque puede llegar a entenderse. Quién no ha descreído de todo, del todo. Eso es el espejo, eso es atravesar el espejo, sí. Un antes y un después. Es que ya no hay razón, el cuerpo no condice, la razón está en la ecuación de suma cero, preguntándose, intentando hallas la incógnita y sin embargo uno ya no es, ya no está aquí, y lo que es peor, tampoco allá y mucho menos del otro lado.
Los ojos.
Yo dije una vez que a mí los ojos me pierden y es cierto. Hay en mí una búsqueda de los por qué a la acción – reacción, a la causa y al efecto. Comprensión. Con presión. Conciente de la presión, conciente de la búsqueda de la presión, necesidad imperiosa de buscar el calor y así emular formas, forzar la retroalimentación. Un paso más, más acá, más hacia adentro, más por fuera. Lejos, yéndome, aunque quizás sin siquiera haberme movido del lugar. Es el buscar a los ojos. Es el buscar en los ojos. Sí, en los ojos, la puerta a la interioridad suprema, la ventana a la imaginación. Los párpados son el telón y la vida un sin fin de tiempos, es una obra, una función que se vuelve eterna según el según el desempeño en el aire virgen y la profundidad con la que los gestos tal como dijiste vos, gestos sí, ya no más códigos parece, sino gestos del aire en tu boca roja mía, y yo puedo decirte que en este caso el orden de los factores no altera el producto.
Mía: gestos de tu boca roja en el aire;
Gestos de tu boca mía en él: aire rojo;
Roja: boca mía en el aire: tu gesto.
Me busco a mí dentro de mis ojos, en cada uno al mismo tiempo, puedo ver mi cuerpo entero y alrededor de de mi cara una aureola, un halo de luz, pero no puedo ver mis ojos, no; pues porque ya no los tengo, ya me fui, ya estoy dentro, ya estoy cayéndome. Voy y no sé cómo, voy y no sé por qué. Yo no sé volver, solo voy al jardín, solo sigo la luz, soy yo, solo busco, solo huelo, solo voy en la búsqueda del perfume.
Irse.
…quizás este sea verdaderamente el momento de decir basta, de abrirme, de irme, de volver, pero por otra parte yo sé que el irme será eso, el fin de este proceso, ya no más viaje, ya no más ritos, ya nos más retos, ya no más ceremonias. No. Esto es mío, el jardín lo inventé yo, el jardín también soy yo y hasta te diría que…
Cierro los ojos perdidos
y vos bailás para mí
siempre forma
figura de amor y de sangre
pétalo de sol, y eso soy
Céline y es tu sueño
y eso soy, eso fuiste
y vas a estar en él,
en las hojas podrán verme
un circo en tus manos
un pétalo de sol.
Amanecer de atardeceres,
círculo de sueños regulares.
Y es que ya no puedo matarte yo, ni nadie, ya no. La flor está y el sueño se abrió, estás ahí en la eternidad. Como te digo, nadie podría matarte, estás en el aire. Ni siquiera vos podés detenerlo, no. Quizás puedas callarte, llamar al silencio o cerrar los ojos o tapar el sol o quemar la luna o llamar a dios, exiliarte. Un fruto muriendo, disecándose. Sin embargo como siempre, como el cielo, seas el que seas, incluso invisible, oscuro, claro, opaco, terrenal, volátil profano o profundo serás un mundo, un universo, una vida, una forma, un amor.
La inmortalidad eterna.
…ahora resulta que sí, que las lágrimas son normales, que el acto de llorar es un acto cotidiano, rutinario, falto del esmero y la carga emocional desacreditándolo a un simple derrame de gotas saladas. Definamos normales: que responden a las normas establecidas. Bien, entonces sí, las lágrimas son normales, lo que hay que ver entonces es el contexto. La lágrima como corona, como la materialización de un proceso.
Un libro se abrió a los ojos mojados frente al círculo de fuego.
Diálogos.
Siempre como un espía dentro del mismo cuerpo.
Se puede sentir el mar…
¿Por qué siempre el vacío?
Es el viaje interno nena…
El germen.
Sí, la fuerza es más fuerte en el florecimiento, incluso especifica, y ésta regará tu vida y ella llegará aniquilando algo, aunque sea dolor. Acentuando la pertenencia solidificá la decisión de la fracción, la fuerza:
El amor escondido.
No necesito esconderme. Alguien una vez señaló mi capacidad empática. Quizás sea eso el germen, mi germen. Quizás sea eso el perfume, quizás sea ése, el perfume. Mi perfume que en el tiempo se ha establecido y haciéndose a si mismo se conserva como consecuencia de un viaje absolutamente relativo, objetivamente subjetivo.
Música, lágrimas, súplicas, silencio.
Hay nombres para todo. Por ejemplo cuando se tiene un hijo, como una canción, un poema, un cuadro, una vida, un amor, se sugiere una serie de nombres con algunos como principales candidatos a ser en la vida del ..., el estandarte correspondiente. Uno muchas veces apoda, deforma el nombre en un diminutivo, señala una cualidad física o psíquica del personaje. La persona está en si misma siempre, uno es una persona en sí misma, ahora bien, la construcción del otro en uno mismo es un personaje, porque uno acentúa del otro y/o profundiza, ahonda en esos términos que cree, serán eternos, o bien simplemente se despiertan así.
No!
Hasta el escepticismo sí, porque puede llegar a entenderse. Quién no ha descreído de todo, del todo. Eso es el espejo, eso es atravesar el espejo, sí. Un antes y un después. Es que ya no hay razón, el cuerpo no condice, la razón está en la ecuación de suma cero, preguntándose, intentando hallas la incógnita y sin embargo uno ya no es, ya no está aquí, y lo que es peor, tampoco allá y mucho menos del otro lado.
Los ojos.
Yo dije una vez que a mí los ojos me pierden y es cierto. Hay en mí una búsqueda de los por qué a la acción – reacción, a la causa y al efecto. Comprensión. Con presión. Conciente de la presión, conciente de la búsqueda de la presión, necesidad imperiosa de buscar el calor y así emular formas, forzar la retroalimentación. Un paso más, más acá, más hacia adentro, más por fuera. Lejos, yéndome, aunque quizás sin siquiera haberme movido del lugar. Es el buscar a los ojos. Es el buscar en los ojos. Sí, en los ojos, la puerta a la interioridad suprema, la ventana a la imaginación. Los párpados son el telón y la vida un sin fin de tiempos, es una obra, una función que se vuelve eterna según el según el desempeño en el aire virgen y la profundidad con la que los gestos tal como dijiste vos, gestos sí, ya no más códigos parece, sino gestos del aire en tu boca roja mía, y yo puedo decirte que en este caso el orden de los factores no altera el producto.
Mía: gestos de tu boca roja en el aire;
Gestos de tu boca mía en él: aire rojo;
Roja: boca mía en el aire: tu gesto.
Me busco a mí dentro de mis ojos, en cada uno al mismo tiempo, puedo ver mi cuerpo entero y alrededor de de mi cara una aureola, un halo de luz, pero no puedo ver mis ojos, no; pues porque ya no los tengo, ya me fui, ya estoy dentro, ya estoy cayéndome. Voy y no sé cómo, voy y no sé por qué. Yo no sé volver, solo voy al jardín, solo sigo la luz, soy yo, solo busco, solo huelo, solo voy en la búsqueda del perfume.
Irse.
…quizás este sea verdaderamente el momento de decir basta, de abrirme, de irme, de volver, pero por otra parte yo sé que el irme será eso, el fin de este proceso, ya no más viaje, ya no más ritos, ya nos más retos, ya no más ceremonias. No. Esto es mío, el jardín lo inventé yo, el jardín también soy yo y hasta te diría que…
Cierro los ojos perdidos
y vos bailás para mí
siempre forma
figura de amor y de sangre
pétalo de sol, y eso soy
Céline y es tu sueño
y eso soy, eso fuiste
y vas a estar en él,
en las hojas podrán verme
un circo en tus manos
un pétalo de sol.
Amanecer de atardeceres,
círculo de sueños regulares.
Y es que ya no puedo matarte yo, ni nadie, ya no. La flor está y el sueño se abrió, estás ahí en la eternidad. Como te digo, nadie podría matarte, estás en el aire. Ni siquiera vos podés detenerlo, no. Quizás puedas callarte, llamar al silencio o cerrar los ojos o tapar el sol o quemar la luna o llamar a dios, exiliarte. Un fruto muriendo, disecándose. Sin embargo como siempre, como el cielo, seas el que seas, incluso invisible, oscuro, claro, opaco, terrenal, volátil profano o profundo serás un mundo, un universo, una vida, una forma, un amor.
La inmortalidad eterna.
1 Comments:
"La disolucion poetica por partes, reducida al simple hecho del desorden de los sentidos.
y si...
Cuando Rimbaud clava su cuchillo la sangre es de verdad...
por eso es un germen que impresiona.
El color desborda.
Inmortal."
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