domingo, octubre 21, 2007

llevame

Invitame a tu jardín.
Quiero jugar con vos a perderme en el cielo,
deshacer el silencio.
Quiero tus ojos de miel, los labios,
ser tu espía, tu deseo.
Quiero meditar y ser mi sol.
Estrella:
Te invito a caminar en la luna.


Y lo digo todo.
¿Todo?
No.
Cuál es la necesidad.
¿Por qué tendría que decirlo todo?
¿Por qué privar al otro de la capacidad de no saber,
de poder ser virgen respecto de algo?
¿Acaso se está bajo el efecto de ser una bestia insaciable,
una sombra que quiere saberlo todo bajo la consigna de volver al todo carne,
al todo como propio y con eso justificar cualquier imposibilidad de satisfacción?
Vivo en las alas de la distracción del hambre.
No voy a decirlo todo.
No voy.
Una canción, una melodía,
la voz.
No hay.
No se puede respirar más y la aclaración fue aguda.
Dijo su nombre y éste, no es un dato menor eh.
La diferencia no es el error,
tampoco repetir y caerse en la cavidad.
Escuchalo si podés,
leelo si crees,
sentilo si pensás.
¿Ves o no ves?
¿Cuántas veces dijiste sin decir nada?
¿Cuántas veces te quedaste en silencio para no decir nada y finalmente terminaste actuando para llenar el vacío?
Esos ojos inocentes buscan viajar en mí,
recargan su voz antes de cerrarlo todo y guardarse para si la cinta,
la transcripción de todo,
dentro de sí.
Tengo que volverte a ver.

Preferiría ese deseo también,
sin embargo,
a veces las endorfinas se pierden en el caldo
y el viento termina por no llevarse nada,
ni las hojas, ni las bocas, ni las calas,
no hay razones nena no,
no hay milagros en este entendimiento.
No digas que nada dijste entonces.
¿Qué es esa súplica?
Entender desde mi lugar sería más o menos poder reconocer acaso esta posición,
al fin de cuentas,
como personaje digo que la caida fue con flores y el ascenso...
todavía estoy buscándome.
¿Hablar desde dónde si acaso no siempre tenemos que hablar?
¿Vernos desde dónde?
¿Acaso no iba a escribir para siempre?
No voy a morirme hoy, no sin el tiempo.
No es un ángel pero tampoco veo qué es.
No voy a rendirme, no.
No con vos.
Esa fue la promesa.
¿Dónde quedó el refugio?
No voy a salir del mar.
No voy a salir al mar.
Más acá hay silencios, más acá hay ojos,
más acá hay vacíos,
más acá
¿Hablar desde acá en palabras?.
¿Hablar desde acá en silencio?
No reina en mí el decreto de la comodidad,
al menos en esta forma.
No quiero resignación en este amanecer,
no en la muerte de esta noche.

Descreo de la impresión,
carece este cuerpo de la luz,
de la impronta.
Un eclipse,
cruce de la sabiduría,
la cosmogonía se abre y la dosis se siembra,
la tempestad,
y yo,
los ojos,
el destierro,
el paraiso y los ojos,
el infierno,
la descompaginación culpable de mi inocencia destrabándome.
¿Por qué el acento en la muerte de ésta noche?
Acaso una invitación implícita en el aire respetando la falta,
descreyendo del poema como tal,
una puerta a algo más que desconocido,
quizás hasta dando por sentado que la vulgaridad regaría su cuerpo de palabras mudas
solo imbéciles intentos de justificar el lapso del tiempo.
Alternancia de príncipes y demonios...
llevame.

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

SI !

DECILO TODO!

SI!

ESCRIBILO TODO!

SI!

AMALO TODO

BASTA DE CONTENER SENTIMIENTOS Y EMOCIONES POR MIEDO!

El Perro
http://vidadeperros.blogspot.com

9:28 p. m.  
Blogger MaríaF. said...

La muerte de los instantes. Todo llega, todo se pudre.

Los sentidos te llevan

10:26 a. m.  
Blogger Leo Moreno said...

Los retazos.
Las formas.
Las escamas.
El caparazon al descubierto.
Lo que nos mata es la estupidez, no la soledad ni la desolacion.

11:18 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

¿por qué no decirlo todo?
¿por qué no dejarlo fluir más y más?
¿por qué el silencio?
¿las letras?
las letras a veces son silencio agudo.

8:31 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home