miércoles, mayo 14, 2008

viéndome en las palabras...

Vivir así, en una sombra sugestiva del deseo,
un paraíso en el camino para terminar la noche.
Una voz se abre sobre este sueño
y la magia nos mira otra vez, yo voy despacio.
En este cielo las sombras se acercan
pero no atraviesan el vidrio,
los ojos son perlas y el diamante es una flor.
El ciego vio la escena, la dibujó en su mente.
-No podré abrirme así otra vez, dijo.
Los límites son extrañamente devastados cuando no existen,
el fuego resurge de si.
Perdida entre los árboles encontraste tu cuerpo
ahí,
entre los gritos y los miedos,
entre las corridas y el viento,
sumida en el fulgor del verano del amor.
Adelante!
Sumergido en el despertar.
Caminar con soltura por la ciudad,
cruzar al sol que brilla por si mismo,
obnubilado por el brillo y la suavidad,
tu voz, quedarme parado y oír…
En ese instante el alma se desarma en sentimiento
y se rinde al silencio.
Frente a frente se miran el uno en el otro,
entregados al momento son sólo respiración.
Se agitan y sueñan por dentro.
Se miran.
Se sienten y sienten la necesidad de expresarse sin palabras…
El apoya su frente sobre la de ella,
le baja los párpados con la yema de sus pulgares.
Las narices se superponen,
y con los ojos cerrados ella susurra arrimándose a sus labios…
-No sé en dónde estaba tu voz.
Me perdí en tu sonrisa y me empecé a sentir.
Me perdí en tu sonrisa y empecé a temblar…
Y vos tan pasiva me acariciaste la cara
y me tapaste la boca con tus labios y dijiste:
-Sentí, soñá.
Una voz
dibuja las formas del tiempo
para mí
desarma la palabras
viento del amor
desfila por mi lengua ardiente
y el ardor
se pierde cuando nuestra piel se vierte.
Volaré
a descubrir el velo de los ojos con vicios cansados
hablaré
sobre las sombras muertas que aún me desfallecen
dormirán
buscando la frecuencia de mi habla
bailarás
buscando el aire que te llene el cuerpo.
Recreación,
florecen las manos al tiempo
y el cristal
vibró por sudar tu vientre
soledad
fantasma enajenado del miedo
lloveré
mis ojos para que no sea la muerte.
El carmín
sublime que disuade los cuerpos hambrientos
callaré
los gestos incongruentes que salen del centro
al dolor
cerrando los ojos yo veo tu cuerpo
resplandor
tu aire en mi germina versos.
Sin dejar
de verte en parpados cerrados
soñaré
con dormir siempre buscando tus labios...
y voy
enarbolado en los rayos del sol.
Carne y cuerpo
hechizo seguro de hablar con tu voz
susurró el aire del despertar
desvisto cielo
para que puedas volar
reinvento aguas para abrir el mar
navego constelaciones rompiendo la normalidad del silencio
celebro
la incertidumbre de los ojos mojados
respeto al temor aborreciendo a la distancia
declaro no tener piedad cerrando los párpados
yo veo tu cuerpo.
Resplandor
tu aire en mi germina versos
sin dejar
de verte en parpados cerrados
soñaré con dormir siempre buscando tus labios
la consumación entre las manos,
el arte del habla, el aire, la voz,
la palabra se desmorona de armonía,
reluce el cuerpo cansado,
viciado de ver pasar su piel,
las manos no tienen dedos, las uñas no tienen piel,
ya nada importa en este lugar,
la gloria enarbola vestigios nomás,
la noche persiste (el sol) del amanecer se atrasa,
reina la oscuridad,
la novedad,
la irrupción mesiánica de ser parte sin necesidad de ver aquí,
la distancia,
¿cómo entenderlo sin una imagen, sin una guía?,
no hay despertares sino estás dormido,
el aire suena, el río resuena,
algo sumergido en la inmortalidad de la palabra,
la imagen sin par es en esencia lo que contextualiza la escena,
la efervescencia, la furia incandescente, el fervor incómodo,
todo siempre a punto de estallar,
reprimiendo al movimiento del cuerpo criminalizando la fricción,
institucionalizando al negro como la falta de color…
el frío y el desvelo, el aburrimiento de la comodidad,
el lugar de la luz al servicio del mundo,
una vez más
el fuego ilumina en despertares decadentes que señalan el vicio,
la fragilidad desespera y nadie espera,
el cansancio se cansa,
la ida, la idea, la vuelta,
revuelta que desnuda la corteza conjugando verbos,
acción inventiva, la imagen al servicio del habla, la creación,
a la espera del alba, una canción, la inocencia salvaje,
la inconciencia en la calle,
despertando en el viaje para desnudar al sol,
enamorados del verbo,
el amanecer anunciado en palabras, sentenciado en paredes,
la ilusión y la fuerza, el color y la destreza,
la fascinación sobrevolando cabezas,
la pasión, la búsqueda de una promesa,
la convicción desigual por alcanzar la meta
fundido el fuego en todos los fuegos,
celebrando el viento de amor.

2 Comments:

Blogger Leo Moreno said...

Si hay una certeza presente y presunida de dios, es que somos metefisicos enamorados, enarbolados del verbo, que terrenaliza de un modo sutil y voraz, casi como fundirse en el cosmos, para que jamas volvamos a atraparnos.

12:02 p. m.  
Blogger Leo Moreno said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

12:03 p. m.  

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