domingo, diciembre 17, 2006

Otrora, en tu camino

Bailaba perdido en una melodía, soñaba ser un acorde. Poder cerrar los ojos y jugar en el jardín con palabras y poemas que dibujan cielos en el aire virgen de ocasos dispares a través del espejo. El pasaje no estaba en mis planes, a decir verdad la lluvia nos cayó a todos y así fue que ninguno supo del otro. El hechizo se desarma en lágrimas y las consecuencias del trotamundos ratifican que su Venus jamás derramará una lágrima de emoción.
Quizás el sufrimiento en este Cristo las seduzca...
de todos modos será simplemente por que él quería verlas felices,
que se dejó ser.
Gotas de vida dibujan el cuerpo.
Los artilugios en el trance relucían el impacto en vez de destacar la valentía por dejarse caer. Sacrificio.
Y te bajaste del juego...
quizás
porque las palabras y los sueños te pesaban mucho
por qué las nubes eran demasiado altas
por qué la arena estaba mojada y podíamos hundirnos
por qué el cielo anormal miraba azorado...
...los colores, los rayos y esto también llegó...
no todas las profecías tienen lugar en la tierra
por eso los sueños y los jardines pesan
"el sueño de la libertad"
pero cuando se juega a ser libre...
interrumpir el coito es el deporte nato
quizás...
por que el orgasmo es un estado demasiado puro para vos...
la música, las luces y el calor
las gotas de lluvia arden
así como el jardín derriba estatuas...
otrora,
mientras algunas sombras no se animan a caer
tampoco a asumir el juego como propio
las lágrimas y el silencio son demasiado para tu cuerpo...
¿tu alma?
sufre de vertigo!

Soledad.
Ardor pagano en el carrusel de la discordia...
el mar de seda desintegra el cuerpo.
La caída:
el amor enfermo.
Vidas hambrientas en cuerpos fenecidos de esencia...
¿Cuánta profundidad tiene este cielo?
¿Por qué nunca dejarse caer?
Delirios.
El espejo concentra colores y dispara luz.
Impúdico,
sediento del cuerpo de fuego que derrita el hielo
y desintegre el cristal.
Que la luz haga llover cuerpos
y así sabré cuando habrá llegado el momento de florecer en el jardín.
La miel cae de tus labios en la sombra
(en tu camino)
el abismo y el corazón,
la pérdida de la conciencia.
Me quiebro por buscar esa palabra,
ese verso que me destruya y me deje ciego:
mudo y en silencio.
Que me queme hasta arder el alma y disecarme
deshacer mi sangre en el aire
y así poder simplemente dejarme llevar sin la dualidad de los jardines y el tiempo,
de los pasadizos y los paraísos sin tiempo!
Gracias!
Qué más puedo decirte.

3 Comments:

Blogger Lala said...

Me hiciste acordar a un groso, y lo cito, porque sabés que vos para mí sos groso: "es sólo rock and roll, pero ya es mucho para vos"

La verdad que después de mucho sin leer a nadie, volver y que este texto sea lo primero que leo es... wow, es una pila para volver a subir la avenida, y en el envión está la libertad de pararse o seguir, de estrellarse o estrellar, y aunque sea pecado salvarse a veces, sólo a veces, ver incinerar en vez de incinerar puede ser gratificante.

Y una última cosa: el orgasmo es autónomo, is imposible de coartarse. En todo caso es la conciencia que va más allá de los terrenos intangibles y se hace gesto, cíclope neciamente humano, silenciador en pleno paraíso.

Un besote y seguimos hablando!

7:31 p. m.  
Blogger Alma said...

Lobo... un placer!!
divino lo que escribiste...
...sigo pensando...

Te bajaste del juego,
tal vez porque las reglas eran demasiadas,
tal vez porque la conciencia de la posibilidad de perder pudo mas que la de arriesgar,
tal vez porque la apuesta era demasiado alta,
tal vez... solo tal vez... porque asi deberia de ser.
Te quiero...

2:20 a. m.  
Blogger Leo Moreno said...

say no more.
nada mas.

11:55 a. m.  

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