Inocente, pura, celestial
Hace poco olí el café de madrugada ése que te apaña cuando no se puede ni llorar y pensé en mí, en él, en ella. Todos somos amantes. ¿Cuánto color hay entonces para pintar esta historia? ¿Acaso no tenemos luz? Sé que tus ojos ahora me imaginan en sepia, y sé que mi voz canta en tus oidos melodías que resuenan así, que te transportan como el perfume mísitico de las flores mágicas. Perdiste el tiempo y yo tampoco lo gané, me distraje con las piedras del camino, las hojas amarillas y las rayuelas, las promesas y el olvido tan particular, las materias y el corazón que nunca me promociona. Olerte así, suave, bajo el sol. No pude dejar de pensar en las salvaciones, en que flotar te hubiera salvado pero nunca pudiste subirte al barco, sabés... ese barco flotaba. Que loco! Estoy yéndome así parece una pintura fovista, pero ésta es una escala de grises che. Somos todos amantes y creemos tanto en el amor quizás él piense lo mismo sobre ella quizás también debió quererla pero el tiempo es así nunca supe bien por qué la bondad cegaba sus ojos, incondicional, la continuidad de esta historia me despista y el olor ha quemado del café me despertó de este sueño.
¿El dolor puede decirse? ¿Acaso medirse?
¿Se puede sonreir?
Las palabras huelen frente al arma en tu nariz, ésa, la flor de la esperanza.
No quiero que los pétalos se manchen de sangre otra vez.
Creí en mí esta vez fui sincero, al menos con el papel.
Explotaron mis manos con el color
la miel era demasiado para mí.
Simplemente quise abrir la puerta y verme así
Es un espejo
¿Nunca puedo salir?
¿Cuántas voces más saldran a hablarme?
No me aman a mí sino a mis palabras
no me sienten a mí sino a mis palabras
no me me hablan a mí sino a mis palabras
no me escuchan a mí sino a mis palabras
no me leen a mí sino a mis palabras
no me lloran a mí sino a mis palabras.
Lejos está de mi sombra
vientos que van en mí.
Ahora el rumor y la piel
el olor y la sed el color
el rocío de una voz que grita fuerte!
En mi reino el fuego no limpia y no arde.
nunca se sabe, nunca sabré
el sol vale por si mismo y más no arde.
Ya no estaré listo.
Quizás no pueda verte otra vez
vos sabés,
cruzar los arcos y seguir así
entregándome al amanecer.
Una sensación.
Una gran sensación que se reduce a la palabra.
La métrica pasa, nunca pienso y caigo
siempre estoy volando.
Quiero que me atajes así cayéndome
voy volando otra vez.
¿Dije cuando? ¿No hay por qué?
Es la información, es la voz
una ciencia incomprendida
un sentimiento una canción
un color que dicta magia.
Y las estrellas sueltas viajan por allá
París y Budapest
Roma y Baires
la soledad irrumpe en tu ventana
y es el temor de esta ciudad,
los caballos y las luces que me hacen llorar
las ideas que me hacen morir
versos que no sé leer.
Sólo su música me dibuja
me pierden sus letras, me piden más.
Esperándolo estoy
en esta noche,
en este sueño.
No pienso,
sólo nacer la flor.
Magia.
Aquí hay miedo y vas a volar
sinties el calor bajo la piel
y ya no estás allí, no
y ya no estás allá, no
los hilos dorados de tu cuerpo
el miedo a la historia
sujeto aire
piel color
¿más?
siempre más.
"Distante al barco y también
parte de la miel, sí
la quiero,
quiero la miel para mí
tengo miedo"
No puedo así perdido y cegado
la pureza, la corteza
ingenuidad y sueños.
Las palabras como llaves y el viento cósmico.
Aquí una estrella, el sol
el odio que sueña y crea
vivo el cansancio así en la piel
quiero olvidarlo
así
el corte y el final que nunca acaba
insaciable incluso el no comienzo
no más,
ni una molécula de aire
un volcán
corazón tengo tantas hojas tuyas
y voy bajo tus ojos de luna bailándote riéndote rindiéndome
siempre esperando que vos te abras para mí.
Palabras púrpuras sin cesar
otra vez en la memoria de la luna los gemidos ausentes
y el eco quizás el hacinamiento
y verlo así:
premoniciones,
bebe el vino sin la vid
teme por ello
teme al alba
teme a la miel
teme a la noche que lo marca
inocente y pura la luz del sol
amaneceres de magia y sentir el dolor,
viajándola la historia se vuelve propia.
Una carga de colores.
Sinestesia
¿Y el silencio?
¿Sólo ese sueño?
Devorándome.
Quien pueda comerme así que lo haga
deberá saber...
y sino
certezas
respuestas
preguntas que se abren
destellos insurrectos
cenizas propuestas
pospuestas,
enferma la raíz
el ardor es nato y puro
celestial.
¿El dolor puede decirse? ¿Acaso medirse?
¿Se puede sonreir?
Las palabras huelen frente al arma en tu nariz, ésa, la flor de la esperanza.
No quiero que los pétalos se manchen de sangre otra vez.
Creí en mí esta vez fui sincero, al menos con el papel.
Explotaron mis manos con el color
la miel era demasiado para mí.
Simplemente quise abrir la puerta y verme así
Es un espejo
¿Nunca puedo salir?
¿Cuántas voces más saldran a hablarme?
No me aman a mí sino a mis palabras
no me sienten a mí sino a mis palabras
no me me hablan a mí sino a mis palabras
no me escuchan a mí sino a mis palabras
no me leen a mí sino a mis palabras
no me lloran a mí sino a mis palabras.
Lejos está de mi sombra
vientos que van en mí.
Ahora el rumor y la piel
el olor y la sed el color
el rocío de una voz que grita fuerte!
En mi reino el fuego no limpia y no arde.
nunca se sabe, nunca sabré
el sol vale por si mismo y más no arde.
Ya no estaré listo.
Quizás no pueda verte otra vez
vos sabés,
cruzar los arcos y seguir así
entregándome al amanecer.
Una sensación.
Una gran sensación que se reduce a la palabra.
La métrica pasa, nunca pienso y caigo
siempre estoy volando.
Quiero que me atajes así cayéndome
voy volando otra vez.
¿Dije cuando? ¿No hay por qué?
Es la información, es la voz
una ciencia incomprendida
un sentimiento una canción
un color que dicta magia.
Y las estrellas sueltas viajan por allá
París y Budapest
Roma y Baires
la soledad irrumpe en tu ventana
y es el temor de esta ciudad,
los caballos y las luces que me hacen llorar
las ideas que me hacen morir
versos que no sé leer.
Sólo su música me dibuja
me pierden sus letras, me piden más.
Esperándolo estoy
en esta noche,
en este sueño.
No pienso,
sólo nacer la flor.
Magia.
Aquí hay miedo y vas a volar
sinties el calor bajo la piel
y ya no estás allí, no
y ya no estás allá, no
los hilos dorados de tu cuerpo
el miedo a la historia
sujeto aire
piel color
¿más?
siempre más.
"Distante al barco y también
parte de la miel, sí
la quiero,
quiero la miel para mí
tengo miedo"
No puedo así perdido y cegado
la pureza, la corteza
ingenuidad y sueños.
Las palabras como llaves y el viento cósmico.
Aquí una estrella, el sol
el odio que sueña y crea
vivo el cansancio así en la piel
quiero olvidarlo
así
el corte y el final que nunca acaba
insaciable incluso el no comienzo
no más,
ni una molécula de aire
un volcán
corazón tengo tantas hojas tuyas
y voy bajo tus ojos de luna bailándote riéndote rindiéndome
siempre esperando que vos te abras para mí.
Palabras púrpuras sin cesar
otra vez en la memoria de la luna los gemidos ausentes
y el eco quizás el hacinamiento
y verlo así:
premoniciones,
bebe el vino sin la vid
teme por ello
teme al alba
teme a la miel
teme a la noche que lo marca
inocente y pura la luz del sol
amaneceres de magia y sentir el dolor,
viajándola la historia se vuelve propia.
Una carga de colores.
Sinestesia
¿Y el silencio?
¿Sólo ese sueño?
Devorándome.
Quien pueda comerme así que lo haga
deberá saber...
y sino
certezas
respuestas
preguntas que se abren
destellos insurrectos
cenizas propuestas
pospuestas,
enferma la raíz
el ardor es nato y puro
celestial.
3 Comments:
las palabras como llaves, siempre.
todo es palabra
y todo es llave
que a veces abre
y a veces cierra....
Abra.
el mundo ante tus pies
el sol sin querer quema mal.
pero dentro de todo...fuera de nada.
hay algo que sabes que esta.
sera el farol del bajo que nos cobija sin haber ido alli jamas?
Tan presente te encuentro en estas palabras. Tal vez, mucho mas que en ninguna otra cosa que yo haya leído..
Y cuesta tanto escribir tal cual uno es y uno siente, que me parece absolutamente admirable.
Ahora, no te equivoques, que en cada palabra que elegís escribir, en cada forma de un texto, en cada pregunta que hacés y no obtenés respuestas (o sí) estás vos presente...
Y lo que yo quiero y admiro es eso... sos vos, escondido detrás de tu lápiz.
Realmente, hermoso.
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