viernes, febrero 02, 2007

Hoy sólo mi cuerpo está aquí.

Hoy sólo mi cuerpo está aquí. Mi mente y mi alma navegan buscándose. ¿Qué buscan? Ahí, mirándonos con los ojos bien abiertos, intimidándonos hasta matar el pudor y frotar los labios y tu boca enferma. No soy un fantasma. ¿Viajaría? Quizás… Te amo y quiero hacerte el amor. Ser tu ciudad y tu revolución. Que me hables y me preguntes. Que me atosigues hasta que me falte el aire y mientras trato de escapar y saco a relucir mis alas con vos ya esté volando y me recites “ni bien los ángeles destellen su voz, despreciarán sus alas”. Su voz, mi voz (diamante del cielo). Tus brazos se abren en mí, tus piernas (una señal). Hablar con el cuerpo, sos mi lugar y el mar del desierto (una flor entre tus labios). El cielo se mueve pero sus estrellas… Es tan ingenua tu locura, sos tan vacío. No tengo claro el por qué. Esperé el despertar y lo que es peor, puede que esté cada vez más lejos pero también sé que los sueños se tornan mucho más profundos tanto como su mismísima eternidad. La radiación de la luz interna. Resplandor. Ella me pregunta. ¿Cuándo fue? Éstas son las preguntas que yo espero. Llaves. Las verdaderas preguntas sólo regeneran preguntas llevando así a la búsqueda infinita de una puerta absoluta. Naturalmente siempre es por demás, jamás recíproco. El abismo con un tren invisible que se mueve a toda velocidad. ¿Acaso ahora los aullidos tienen miel, o es que la soledad está asumida y asentada bajo el sol? Es el viaje y hablo de los jardines. El vapor de las sombras bajo un árbol atestado de furia ya dijo que hacer. Pregunto. ¿Lo oyeron? Es que no dijo nada… Sé que mi voz está eclipsada y a su vez se acerca cada vez más al grito de fuego. ¿Estamos cerca? Quiero estar adentro tuyo, sos la fuerza. Una flor se cae, inventa voces y no oye, no oye. El agua trajo al sol y el final no está. Tu voz no es el fuego. ¿El viento? Tu voz no es el agua. ¿La luz? Tierra. ¿Tiempo? Una flor dibuja a la muerte en tu cuerpo. Y la miel me empalaga. Y así a las palabras y a la imperiosa necesidad. La necedad de una piedra ardiente. Desearía tu carne sublime y con mis dientes estar ahí en tu cielo. Es el daño. Hay refugios en la luna. Arden los cuerpos hambrientos. Sus lágrimas brillan como pétalos, perdidos en su dolor fugaz devorados por la luz y el calor del fuego que los derrite como ángeles. El tacto letal de la tierra. El hijo del desierto corre buscándote en el fuego. ¿Soy yo? Te vi. Bajaste en las sombras de la explosión. Esclavo de las raíces de este viaje te busco, en la suavidad vulnerable. Amo tu cielo, quiero tocarte ahora. Y es que quiero verte y abrirme y sentir que nada pasa. Y el tiempo animal atraviesa los momentos. Pienso en verte, lo haría ahora mismo. Ya estoy esperándote, rendido a tu voz, a tu inocencia. ¿Inocencia?, ¿ingenuidad? Quiero tus dedos hambrientos, sueño con vos. Si te acordaras… He viajado físicamente.¿Transparente? Nadie dijo eso, soñador. Estás perdido. ¿Prohibido? No, inerte, ni siquiera invisible, más bien, futuro anhelo con perfume de nostalgia. Busco con los ojos perdidos. Canto soles de invierno con miel de cielo y paz. Pero como bien se dice (y maldigo esto, juro que lo maldigo) son contrafuegos. ¿Ya dije una vez que como mierda y vomito flores? ¿Y dije que también vomito mierda? Error. Vomito aire y tu voz no me llama y sus ojos no me leyeron. Ella directamente se bajó del barco reluciéndose. No existía. Mi cabeza, vos sabés… Hablar, decir, escribir, besar, pensar, sentir. Palabras, casi como silencios. El viento púrpura, la miel. Inmaculado el barco en los jardines. Soledad. ¿Y la edad del sol? En espejo. ¿Cuántos espejos son magia? Escucho al silencio como la gran pregunta en este momento. Líneas que caen del cielo y se pierden en el agua. Tu cuerpo y el silencio son… No hay más, sólo preguntas, sólo silencio. Creo en vos, creo lo que decís, sueño despierto. Tengo frío y el alma grita. Tengo calor y el alma grita. Tengo alma, pero ya no grita. Piedras y soledad. Complementarios el sol y la luna. La luna quiebra los deseos deshaciéndose en el agua ¿Cuán secreto será el silencio en este recuerdo que viene hacia aquí? Calma. Las aguas caen y llenan el caudal de tu cuerpo. Nada hay en mi memoria más que huellas y matices de color. Enfoques. Vuelo en el fracaso de mi voz y vivo en tu silencio. Soy el verbo de mis sueños que no puedo soñar, soy espía en mi propio cuerpo.

3 Comments:

Blogger mi otro yo said...

"Vomito aire y tu voz no me llama"
Que crudeza tienen tus palabras, me gusto mucho este post.
Saludos!

4:48 p. m.  
Blogger Leo Moreno said...

belleza sobre el cristal desmedido.

(violencia)

Perfuma todos los ojos divinos

(Belleza)

12:50 a. m.  
Blogger Lala said...

finalmente lo leí, perdón por la demora, eze, sabés en la que ando últimamente...

sentí que estabas descubriendo esos breves instantes indescriptibles hasta tus letras que ocurren en pleno proceso de inercia. justo después de la fricción hacia la nada, justo antes de la vuelta a la vida. ahí, inerte pero no invisible hay un universo, un solo verso, un verso sobre uno- en relación con otro más.

hermoso.
hablamos, eze.
besote.

2:05 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home