domingo, noviembre 09, 2008

El amor no se esconde

Parado.

Recorriendo con los ojos cada milímetro del Conocimiento Institucional atravesando cada hoja de lado a lado recordando las ideas. Todas. (Gracias por la luz.) Y pensé mientras mirabas todo buscándolo, buscándote, buscando algo y celebrando quizás al aire, al calor. Ahora no hay estación, somos nosotros la estación, estacionados en el estadío del hacinamiento y veo la luz, de una puerta se figura el poder en el suelo, y sí, un recorte, lo que se ve es solo una parte, es lo que se deja ver.

El amor no se esconde
la ebullición del verano…
-Love Hides.
…en serio, el calor, el roce, las manos,
el amor no se esconde.
Destapados, cuerpos desnudos al aire…
-Love Hides.
… viajeros como el viento, amor.
El amor es escondido.
Sentado en tus labios, de pie…
-Love Hides.
…miel, desfile de esporas suaves.
El amor es escondido
y el mar como un color abierto…
-Love Hides.
…la fuerza descansa aquí.

El amor radica…
la furia no, avanza desde aquí.
Yo sabía, el aire…
el aire sabe,
el aire es sabio,
el aire es aire.
Acto reflejo de un movimiento.


Artificios en el arte de hablar.

-Demasiada escritura por hoy, a veces es más placentero…
-Amor…
-…prenderla fuego.
-… no hables en voz alta.
-Qué!
-No pienses en voz alta, me molesta.
-Pero te estaba hablando a vos.
-¿Qué me dijiste?
-Que mucha escritura por hoy. A veces es preferible la incineración.
-Ah!

Carece de forma la formalidad.

Porque reluce en los ojos de dios un lazo de cielo,
el llanto de un amor se moja con el viento y no vislumbran la veracidad,
una foto, un reloj y el sol brilla en tus ojos,
no quiero voces,
la imaginación en descomposición clama por el silencio
y sí, los roces dibujan el sol y perfuman la flor
el tiempo está despierto entretejiendo una declaración
validan la admisión:
Derecho y permanencia.
No hay aquí una guerra, no hay un escuadrón
solo en mis palabras jinetes, roces, voces viento, calor
y sí, de vez en cuando ardores, y sábanas, eso sí,
muchas sábanas, y agujas, agujas suaves
(y no tanto)
en la piel,
en mi piel.


-Te vi desfilando en el ojo del espectador.
-¿Y qué viste?

Con las piernas
encendida al fuego del llanto
y florecen.

(Nacimiento en la desolación).

Quiero verte dibujando con toda tu magia
es la sangre que salpica
la veracidad,
las palabras
silenciadas con todo su encanto
aborrecen la nostalgia que no ve llover
enfundando el oro en versos.

¿Quién sembró la fuerza?
En la arena no hay salida
literalidad,
hoy los libros infinitos premian con fragancia
el crepúsculo fecunda en la desilusión,
desolados en ocasos
auguran ya la calma entregados en el trance
besan el amor
entre las rejas del delirio inmaculado canto:

-¿No hay aquí un sentimiento que me quiebre el alma?
-Pues, ¿y en dónde se desnuda la flagelación?

Sí, ya sé, una vez vuelta la sangre a la cabeza, o bien, se haya apaciguado. (No me gusta como suena la palabra. ¿Saciado? Sí, mejor saciado).

Carne,
presa en la velocidad
festival de circo
yo tengo manos que relamen el río de la sed.


Te doy un color para hablarme
atreverse atraviesa un señuelo fugaz
esbozando la liturgia camina cansado
respira la cera que cae desde el sol
doblando en esquinas.
(Grabados)
Sembrando la firma
indeleble el alma
fulgores bohemios de nuestro jardín.

-Entiendo.

Entre líneas las flores de dios
las yemas desvisten el fruto del cielo,
jadeantes y abyectos,
cruzando la línea bajo este aluvión.


Es que hay algo grande
inmenso mar
contra las cuerdas
la vida desfila en el filo
el umbral.

Creer no agoniza y no es por reventar.

Perfumes infectos que no radican solos
de lirios ausentes
aun de par en par susurran la lluvia
caen en pendiente
colores añejos de catedral.

-Sí, lo sé y lo siento.
-Hojas del árbol, fruto de la necesidad.

Respiro y veo.
Abjuró el aullido a la quietud
¿Cómo se siente?
¿Hasta dónde se doblan las manos sin salirse del plano?
¿Te gustaría navegar en los ojos de la noche?
Para no ver no hace falta cerrar los ojos.

Un milagro real
Viento:
en tus piernas el poema del silencio.


-¿Estás bien?
-Al sacrificio experimental cómo lo llaman…
-¿No te gusta la poesía explícita?
-No me gusta la literalidad de los deseos.

…y el cielo arde homenajeándose.
Sí, la ceremonia tiene lugar en el cielo.

-Quiero que me digas con palabras.
-Es que no tengo nada que decirte, todo está bien.

Retomo entonces.
Llueve dentro de los ojos del sol. Una vez que el impulso de la dispersión y la relajación haya cesado, sí vas a venir a buscarme, sí, vas a decirme que nos tenemos que ir.