Sin escape

En la ventana del asilo está tu mente
que intenta gemir y pintar de paz
los marcos negros del sol.
Las huellas como espinas
reconocen la contra marcha
buscando la luz
para salir del retroceso.
En la velocidad
el sonido erótico despierta ecos similares
y las voces toman partido
identificándose
con deferencias del personaje real.
Un felino corre
y en el envión al paraíso
queda parado al límite
en la ventana teñida de seda.

En el desierto de la soledad
las tormentas de arena sacuden los espacios psico-físicos
y la creatividad de los viajes se hunde bajo las piedras
en un clima creado de colores, espacios, silencios y lo lunático del mar.
Los oídos despiertan a la mente que levita en ánimos de sed o un disfraz.
Transportado en el viento atraviezo la libertad
y voy en busca del sacon en dirección a la eternidad.
Me avecino atemorizando al tiempo
y perpetuándome en el retroceso de las agujas
en el terror a mi llegada como el tren de la canción.
Lleno en el ambiente de los tranvías que bajan desde
el cielo cargados de grises y paz la de los cementerios me desbordan
y yo como ORIENA desde el comienzo de la muerte hasta el final de los días.

Girando en círculos
una aguja reproduce las vibraciones
representadas en surcos
al frente de la pasta,
erizando la piel
con cámaras o sentimientos
naturalemente claves.
Un cuerpo negro brilla en la oscuridad
explotando las bases con gritos de libertad
desesperando al que escucha imaginándola
desangrar hasta la última gota de aire.
Sueño su figura derretirse como una vela
y la transpiración quema mi alma
con rastros de cera
experimentando la figura tras el espejo y el saxo
que derrama una gota de vida cayendo de una estrella fugaz