asesinó al deseo (desde las sombras), y se quebró la voz…
Quiero quedarme acá
debajo de la ventana.
Quiero estar aquí
donde la ventana ya no nos ve a los ojos…
Ella está tuerta y nada le importa
por eso nos vendió su destreza,
su libertad.
Un eclipse arañó sus pies
debajo de la ventana,
y yo quiero estar acá
nadie me mira durmiendo solo.
Ella se ha quedado ciega
y ya nada le importa,
dondequiera que estés te regalo mis guirnaldas…
Aún se esconde en sus párpados.
¿Por qué nos abre sus piernas?
Ansiaba verme bien, descalzo.
y vos, y vos también estabas verde…
Ella saltó a la luna
y mordió mis pies.
Aún hoy arrastro huellas de sangre.
Tejiendo versos en noches en vela
he llorado al caer,
brilla en mí el invierno.
Nunca hubo estrellas ni espaldas de miel…
Ella se hizo a la mar
desnuda en siluetas al caminar,
sola mudó su piel.
Quiero quedarme acá.
Sobre el nivel del mar
yo ya no siento mis pies
en el desfile sin medias…
Ella frunció la luz de su soledad,
y hoy nos toca morir a nosotros,
una vez más…
Quedan en el aire el rumor y el frío,
tu dolor, la ilusión, y el mío.
A los pies de la sábana no hay camas,
solo lunas de algodón.
Ella gime sin mirar atrás...
La sangre me persigue,
espera no llegar tarde.
Disfrazados con la memoria del sol.
Rendimos culto a la mariposa de ensueño
y el viento violentó la casa,
la muerte venció a su suerte.
Ella sabe bailar,
y los colores, y la música, y los olores…
enlazados sin paz.
Me desperté sin manos al amanecer
y con la voz acalambrada y sin vuelo.
Ya no hay motivos para ver la flor
he caído sin vértigo y rendido.
Ella arrasó nuestras banderas
y en una canción fundó el naufragio
asesinó al deseo y se quebró la voz…
debajo de la ventana.
Quiero estar aquí
donde la ventana ya no nos ve a los ojos…
Ella está tuerta y nada le importa
por eso nos vendió su destreza,
su libertad.
Un eclipse arañó sus pies
debajo de la ventana,
y yo quiero estar acá
nadie me mira durmiendo solo.
Ella se ha quedado ciega
y ya nada le importa,
dondequiera que estés te regalo mis guirnaldas…
Aún se esconde en sus párpados.
¿Por qué nos abre sus piernas?
Ansiaba verme bien, descalzo.
y vos, y vos también estabas verde…
Ella saltó a la luna
y mordió mis pies.
Aún hoy arrastro huellas de sangre.
Tejiendo versos en noches en vela
he llorado al caer,
brilla en mí el invierno.
Nunca hubo estrellas ni espaldas de miel…
Ella se hizo a la mar
desnuda en siluetas al caminar,
sola mudó su piel.
Quiero quedarme acá.
Sobre el nivel del mar
yo ya no siento mis pies
en el desfile sin medias…
Ella frunció la luz de su soledad,
y hoy nos toca morir a nosotros,
una vez más…
Quedan en el aire el rumor y el frío,
tu dolor, la ilusión, y el mío.
A los pies de la sábana no hay camas,
solo lunas de algodón.
Ella gime sin mirar atrás...
La sangre me persigue,
espera no llegar tarde.
Disfrazados con la memoria del sol.
Rendimos culto a la mariposa de ensueño
y el viento violentó la casa,
la muerte venció a su suerte.
Ella sabe bailar,
y los colores, y la música, y los olores…
enlazados sin paz.
Me desperté sin manos al amanecer
y con la voz acalambrada y sin vuelo.
Ya no hay motivos para ver la flor
he caído sin vértigo y rendido.
Ella arrasó nuestras banderas
y en una canción fundó el naufragio
asesinó al deseo y se quebró la voz…
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